Por Eva Murillo
La Semarnat autorizó el proyecto para la instalación de 225 torres que servirán como arrecifes artificiales en las cercanías de las costas de Holbox y el límite de la Reserva de la Biosfera del Tiburón Ballena, el cual fue ingresado por la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Cabo Catoche S. C. de R. L., que tiene como objetivo disminuir la presión pesquera en los sitios de pesca actuales, generar áreas de reproducción y protección de juveniles de especies con importancia comercial, como la langosta caribeña, según la descripción que figura en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
Los arrecifes coralinos son uno de los ecosistemas marinos más importantes que tiene Quintana Roo, son el criadero de importantes especies de peces comerciales que sustentan la actividad pesquera de la entidad, pero desde hace más de un año han ido muriendo a consecuencia de la epizootia del síndrome blanco, ocasionada, al parecer por la mala calidad del agua.
Estos oasis marinos han sido aprovechados durante años por la industria turística y pesquera, sin darles opciones de descanso, sometiéndolos a largos períodos de estrés y de impactos directos. La sobre pesca también es un riesgo de alto costo para los arrecifes, puesto que las algas carnosas se expanden sobre el sustrato donde los corales podrían seguir creciendo, al disminuir la presencia de peces.
Las estimaciones de inversión total de cuatro millones 824 mil pesos, lo que incluye las medidas de mitigación ambiental y los monitoreos necesarios para mantener la estabilidad del arrecife artificial al paso de los años.
Mientras de manera natural y sin cobrar nada a quienes sacan provecho de ellos, los corales han formado unos 400 kilómetros de arrecifes frente a las costas de Quintana Roo, pero ya no son suficientes para atender la demanda de servidores turísticos y pescadores que se ganan la vida comercializando las especies que atrapan en esas áreas.
Para este proyecto de arrecifes artificiales 5,120,000 metros cuadrados van a ser utilizados para el hundimiento y acomodo sistemático de las torres de arrecifes artificiales, la superficie real ocupada por la infraestructura a instalar es de 261.35 metros cuadrados, con un distanciamiento aproximado de 18 metros entre las 225 torres.
Los objetivos mencionados en la MIA son que los arrecifes artificiales propicien condiciones adecuadas de sustrato para el establecimiento de flora y fauna; disminuir la presión pesquera en los sitios de pesca actuales; generar áreas de reproducción y protección de juveniles de especies con importancia comercial, como la langosta caribeña y contribuir a la generación de empleos e ingresos que permita sostener el nivel de vida de la comunidad.