Los destinos turísticos de México no sólo son para divertirse y distraerse, y por su gran afluencia y poder mediático, los grupos delictivos han decidido colocar sus bases de trabajo en ellas; dos de las más sonadas a nivel nacional que han sufrido aumento en inseguridad son Cancún y Puerto Vallarta.
Ambas, conocidas mundialmente, han llamado la atención de estas organizaciones delictivas, utilizándolas como medios de entrada de estupefacientes procedentes de Sudamérica, cuyo destino es Estados Unidos y que logran transitar por el territorio nacional.
Con la división de los diferentes cárteles que existen en el país y la creación de nuevos grupos, han hecho que las rivalidades entre ellos aumenten, y por ende, el índice de inseguridad en estas ciudades.
La constante guerrilla para obtener el control total de las zonas turísticas del país por parte de los grupos delictivos, ha acrecentado los actos de violencia y los han convertido en ‘el pan de cada día’ para los habitantes de Puerto Vallarta y Cancún.
Con el asesinato de Aristóteles Sandoval en un restaurante la madrugada de hoy, hace denotar que los niveles de inseguridad en Puerto Vallarta no han descendido.
Lo mismo ocurrido en Cancún, ya que las ejecuciones se reportan casi de manera diaria, y sin resolución por parte de las autoridades estatales.
En las discotecas, en las plazas públicas, restaurantes puede suceder un ataque armando sin tiempo a poder reaccionar; en la calle, es notorio el miedo de la población de salir de sus casas, que temen por su seguridad y la de sus familias.
Esto ha causado que, durante varias administraciones en Estados Unidos (sobre todo la actual, con Donald Trump) pida a su población el no viajar a estos destinos, publicando los “Warnings” a sus ciudadanos.
La población ve con todo esto un descenso en el arribo de turistas, que afectan significativamente la economía del país y el aumento de la inseguridad de las zonas turísticas.
CG