Con un relajamiento sobre las medidas de prevención para evitar contagios de COVID-19 en pleno repunte de casos positivos en el estado, se llevó a cabo la misa dominical de medio día en la Catedral de Cancún, con la presencia de poco más de 200 feligreses de un cupo para 360.
A diferencia de los primeros meses de la reapertura de las iglesias en la Nueva Normalidad, cuando se implementó un filtro único de entrada para chequeo de temperatura, aplicación de gel antibacterial y un cupo limitado, en esta ocasión los feligreses tuvieron la oportunidad de entrar por el portón principal así como por el estacionamiento del recinto, igual que para la salida.
Los servidores estuvieron en los accesos de la catedral, checando la temperatura y entregando gel antibacterial a la personas que llegaron a la misa, todos con cubrebocas.
La misa dominical fue oficiada por monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, primer obispo de la Diócesis Cancún-Chetumal quien en su mensaje en el último domingo, a poco días de la celebración de la Navidad dijo que la fiesta de este año será diferente, al no contar con los elementos del pasado, pero será de más de espiritualidad.
Para la comunión se realizaron dos filas, una en la parte central y otra a la derecha del altar, tratando de cumplir con la sana distancia. De acuerdo con el semáforo estatal de riesgo epidemiológico en amarillo, se permiten actividades religiosas con un cupo de 60 por ciento.
CT