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Quintana Roo

Pese al daño permiten la colocación de sacos de arena

De la Redacción

 

PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 13 de febrero.- A pesar del reclamo de los lancheros de la zona conocida como “El Recodo” por la instalación de geotubos textiles o sacos de arena de gran volumen por parte del hotel-restaurante Taj, que causan severos trastornos para el embarque y desembarque de los turistas, en los últimos días por los vientos del sureste aceleraron la erosión de la playa.

Al parecer, el propietario del inmueble carece de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) emitida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al menos no publicado en la gaceta ecológica dentro de sus resolutivos, mientras que la incapacidad de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) mantiene la impunidad del empresario al continuar con la colocación de los sacos y el vertido de arena con bombas sumergibles.

Aunado a la instalación de los geotubos textiles en todo el frente del complejo hotelero con la playa, abarcando incluso el predio aledaño (otro centro de hospedaje), la escollera del hotel Panamá Jacks o antes Porto Real -que fue quien lo instaló antes del año dos mil y ha venido cometiendo daños al medio ambiente con sacos de arena como barricada para proteger su área de camastros-, han acelerado la erosión en la zona sur y en especial de “El Recodo”, desde la calle 12 a la 16.

En su momento, los lancheros independientes y de las cooperativas turísticas denunciaron que de forma impune el propietario del hotel El Taj inició desde el año pasado con la instalación de los sacos de arena o geotubos textiles de aproximadamente una tonelada para ampliar el área de camastros y bañistas; sin embargo, continúa sufriendo de erosión, propia por el cambio de corriente como insistieron los inconformes.

Al no ver resultados favorables y en su beneficio el empresario hotelero continúo instalando más sacos de arena hasta, rebasando la docena, sin los permisos de la Semarnat y mucho menos consultar a los lancheros porque son los directamente involucrados, quienes hoy sus clientes han sufrido caídas en la barricada que deben cruzar para embarcar o desembarcar, denunciaron.

Nuevamente los quejosos, quienes omitieron sus generales para evitar represalias del irresponsable hotelero, pidieron la intervención de la Profepa para revisar la documentación que avale, mediante estudio técnico y científico, la instalación de los geotubos textiles y el vertimiento de ciento de metros cúbicos para rellenar desde los límites de su complejo a la zona protegida, la cual extraen a unos metros del lugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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