Las familias de los cortadores de caña que decidieron quedarse en la zona cañera actualmente habitan en las viejas, feas y sucias galeras en la ribera del río Hondo, debido a que los 12 albergues les faltan detalles en su construcción. Sin embargo, éstos deben ser concluidos en diciembre o antes del inicio de la zafra 2020-2021, la cual fue programada en la segunda quincena de noviembre, afirmó el dirigente cañero Benjamín Gutiérrez Reyes.
Anualmente contratan a mil cortadores de caña de azúcar en otros estados del país, y algunos al ser contratados para limpieza de las parcelas o para tirar fertilizantes, se quedan junto con sus familias y son los que actualmente están habitando los albergues.
Gutiérrez Reyes señaló que los nuevos albergues se empezaron a construir en 2018, pero con el cambio en el gobierno federal, la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) canceló parte de los recursos que estaban etiquetados y todo el año 2019 fueron abandonados, pese a que ya tenían un avance general del 80 por ciento.
En el proyecto original se presupuestó por 15 millones de pesos, de los cuales el gobierno federal debió aportar 12 millones y los productores cañeros de la ribera del río Hondo, los 3 millones de pesos restantes.
"El año pasado, los cortadores fueron alojados en las viejas galeras y los que trajeron a sus familia se les apoyó con la renta de una vivienda, para evitar recomendaciones de los Derechos Humanos", dijo.
Gutiérrez Reyes dijo que, en una audiencia entre cañeros y autoridades en Palacio de Gobierno en el mes de febrero, se acordó concluirlos porque los recursos ya estaban etiquetados, además para que no se queden como “elefantes blancos”, es por ello, razón por la que paulatinamente los recursos fueron liberados.
Durante un recorrido por los albergues en los ejidos de: Pucté, Ramonal, Sergio Butrón Casas, Sac-xán, Cocoyol y Carlos A. Madrazo, en el municipio de Othón P. Blanco, se constató que los trabajos ya están avanzados, aunque les faltan detalles como son: la red de agua potable, energía eléctrica, entre otros.
Cada año, mil trabajadores o más colaboran en el corte de la caña de azúcar y son contratados en los estados de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tabasco y Campeche. "Se busca darles un lugar digno para que vivan junto con sus familias, ya que los antiguos albergues están en ruinas", concluyó.
Por Luis Enrique Tuz