Desde que inició la pandemia, Isabel Moo y su grupo charanguero no ha tenido trabajo porque las fiestas tradicionales están suspendidas.
Sin embargo, él no vive de la música, sino de las actividades que realiza en el campo, aunque el oficio le genera un dinero extra que no le cae nada mal.
Dijo que ahora la situación se ha tornado difícil, porque no hay contratos a pesar de que ha habido fiestas en los pueblos.
Comentó que la música de charanga se contrata para las fiestas taurinas y para los gremios de las comunidades como Sabán, San Diego, Santa Gertrudis, Dziuché, entre otros poblados. En algunos casos, también solicitan el servicio para amenizar noches de vaquería, pues también toca jarana.
Isabel Moo comentó que en el municipio existen cuatro grupos de charangueros, pero los más solicitados son Los Chavarría de la Candelaria y su grupo.
Refirió que en Yucatán hay muchos grupos charangueros muy buenos, y por eso a veces la gente de las comunidades del municipio que hacen fiesta, contrata esos grupos, aunque dijo que aquellos cobran un poco más caro.
Isabel Moo toca el saxofón desde muy joven. Dice que aprendió de sus tíos, aunque eran líricos, porque no conocieron las notas musicales.
Manifestó que él practica todo el tiempo nuevas melodías que escucha en la radio o en la televisión y trata de adaptarlas al medio para integrarlos a su repertorio.
Mientras no hay trabajo de música, trabaja en la milpa desde que amanece hasta después del mediodía; y por las tardes, se dedica a ensayar en su casa o con su grupo.
Por Lusio Kauil