Perder a un ser querido por COVID-19 ha sido el tramo más amargo para muchas familias, ya que llevan un cuerpo al hospital y al final sólo les entregan una cajita con las cenizas de padre, madre, nietos o hijos; así que la tecnología ha sido la puerta para decir adiós, tal como lo implementó la funeraria San José en Playa del Carmen, que desde diciembre ofrece a los deudos el servicio de despedida vía Zoom.
Araceli Adame, administradora del negocio, explicó cómo funciona. “Proporcionamos el ID a quien se haga responsable de la familia, y este lo comparte con las personas que quieran. Nosotros ponemos la cámara para que vean el cuerpo de su ser querido a través de la pantalla, ya sea que estén en el velatorio COVID-19, guardando la Sana Distancia en las bancas o desde sus hogares, en caso de que estén en otras ciudades
”.Hasta 150 personas pueden estar conectadas de 30 a 40 minutos. Destacó que debido a que muchos familiares no tendrían oportunidad de decir adiós a la víctima, habilitaron la cámara del crematorio, a fin de que a través de una puerta de cristal los deudos puedan despedirse, en caso que estén en el municipio o vía Zoom si están lejos.
“Por las restricciones no pueden estar más de 10 personas reunidas; pasan de dos en dos a despedirse, pero les decimos que tan pronto lo hagan se retiren, para no provocar aglomeración y más contagio”, refirió.
Añadió que pese a que tuvieron que hacer adecuaciones en el inmueble, así como comprar el material de protección que utilizan los empleados para cubrirse y desinfectarse constantemente, el costo de la cremación, de 13 mil 500 pesos, no subió, ya que son solidarios con la población.
Dijo que un servicio de velación y cremación cuesta 18 mil pesos, incluye cafetería y sala con aire acondicionado. En el caso de muertes naturales, las velaciones son máximo de seis horas, y el más económico es de ocho mil pesos. El costo de las urnas va de los dos mil hasta los ocho mil pesos.
Explicó que de las 15 personas que laboran en la funeraria, cuatro se encargan de acomodar el cadáver, el cual está ya en una bolsa hermética y listo para meterlo al horno.
“Van dos al hospital a recoger el cuerpo y al llegar a la funeraria es resguardado, mientras se hacen los trámites de Registro Civil, que mucho nos ha ayudado inmediatamente con la orden de cremación”, dijo.
Comentó que tienen convenio con el Ayuntamiento para ayudar a las familias que no pueden pagar los servicios, por lo que son canalizados con las trabajadoras sociales. Por otro lado, pidió ser considerados en la aplicación de la vacuna.
“Al igual que los médicos, estamos en la primera línea y nadie nos ha considerado, ojalá que pronto nos volteen a ver, porque la gente que trabaja para nosotros está expuesta al virus constantemente; también deberíamos recibir la vacuna”, aseveró.
En tanto, Salvador Tadeo, colaborador de Servicios Funerarios Mar Pech, informó que en este espacio trabajan 14 personas, todos jóvenes. Indicó que los precios de los nichos van de 2 mil 500 hasta nueve mil pesos, pues algunas están hechas de maderas preciosas de Brasil.
CG