Muchas personas que van a las playas con sus hijos no tienen la conciencia de que alimentar a las gaviotas con comida como las frituras u otro tipo de alimentos que no corresponde a su ciclo natural de nutrición de esta especie, “¿qué podemos esperar de la humanidad si consume cosas que le hace mal a su organismo?”, cuestionó Mauro Berlanga Cano, biólogo con maestría en Ecología Humana en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Estas especies son muy sociales y han tenido que aprender a convivir con los humanos, por lo que no es extraño ir a la costa y ver cómo estas aves se han acostumbrado y hasta se acercan a pedirle comida a los bañistas, “las gaviotas han tenido que vivir en condiciones extremadamente difíciles, hay dos tipos dentro de las mismas familias, están las golondrinas marinas que son las blancas que son las que pescan, pero las gaviotas con el plumaje negro con gris, son carroñeras por eso pueden aguantar, comen lo que esté muerto en la orilla de la playa”, explicó.
El también quirofísico, mencionó que en la isla de Holbox estuvo promoviendo el cultivo de las algas marinas, dentro de la siembra artesanal, “es una actividad que puede hacerse bastante bien, es un buen alimento, pero la gente de mar de la zona desistió porque tenía que estar batallando. Se hacía con hilos de pescar atados con maderas en los extremos para fijar las algas ahí para que empezaran a desarrollarse, con el tiempo era ir checar, pesar y ya sacarlo para ganar un poco de dinero”, dijo el especialista, quien añadió que los isleños dejaron de interesarse en la pesca para dedicarse más a la actividad turística.