En medio de un proceso de deforestación de la tierra con la creación de “ciudades dormitorio” buscan cambiar tierras de uso forestal para construir el proyecto “Lotificación Residencial Bosque Real II” al norte de la ciudad de Chetumal.
La solicitud para el cambio de uso de suelo para este proyecto fue ingresada la semana pasada para su aprobación en la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
De acuerdo a la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), el proyecto pretende la autorización para construir en 3.380 hectáreas de terrenos con cubierta forestal un desarrollo habitacional de 126 viviendas de nivel medio y bajo.
El promovente señala que sólo busca la aprobación del cambio de uso de suelo de forestal a habitacional, ya que la evaluación ambiental ha sido autorizada por la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo.
El documento cita que de acuerdo al Artículo 93 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente (Lgeepa) “la Secretaría autorizará el cambio de uso de suelo en terrenos forestales por excepción”
Pero continua, “previa opinión técnica de los miembros del Consejo Estatal Forestal de que se trate y con base en los estudios técnicos justificativos cuyo contenido se establecerá en el Reglamento”.
El ordenamiento señala que los estudios técnicos deberán demostrar que la biodiversidad de los ecosistemas afectados se mantenga, y que la erosión de los suelos, el deterioro de la calidad del agua o la disminución en su captación se mitiguen en las áreas afectadas por la remoción de la vegetación forestal.
En las autorizaciones de cambio de uso de suelo en terrenos forestales, la Secretaría deberá dar respuesta debidamente fundada y motivada a las opiniones técnicas emitidas por los miembros del Consejo Estatal Forestal de que se trate, agrega el artículo.
“Las autorizaciones que se emitan deberán integrar un programa de rescate y reubicación de especies de la flora y faunaafectadas y su adaptación al nuevo hábitat conforme se establezca en el Reglamento”, finaliza el articulo 93.
El promovente asegura que el proyecto destinará 1.581 hectáreas de áreas jardinadas comunes y en patios traseros que se establecerán dentro de los lotes del proyecto.
Incluso destaca que seguirán conservando algunos de los árboles (principalmente aquellos que no afecten las construcciones o que pongan en riesgo la salud de los habitantes) y evitar la pérdida de la biodiversidad.
“Esta acción permite reducir los impactos y pérdida de la biodiversidad; además de respetar los ordenamientos ecológicos, y los usos del suelo urbano definidos”, justifica.
Con respecto a posibles afectaciones a la captación del agua, reconoce que se verá afectada parcialmente, ya que no obstante que se afectará el 100 por ciento del predio, 46.78 por ciento conservará su capacidad de captación.
Lo anterior, afirma, al establecerse áreas jardinadas arboladas públicas y jardinadas dentro de los lotes, todas ellas permeables; además de que se planea la incorporación de 10 pozos de absorción con el fin de recuperar en parte la captación del agua de lluvia.
El proyecto se dice que busca atender la demanda de vivienda en la ciudad de Chetumal, cuya dinámica actual conlleva una demanda en este tipo de servicios, además que requiere de un crecimiento ordenado.
“Previendo que la concentración de población en la ciudad de Chetumal y alrededores es de ingreso medio y bajo en su mayoría, es que se ha diseñado un proyecto de casas de precio accesible”, subraya.
El proyecto, asegura la MIA, contará con vialidades, alumbrado público, drenaje sanitario y pluvial y áreas verdes jardinadas con la distribución de los 126 lotes para vivienda unifamiliar.
De acuerdo al estudio “Tres décadas de privatización y despojo de la propiedad social en la Península de Yucatán” de la investigadora Gabriela Torres, Othón P. Blanco forma parte de los sitios con fuerte presión por el desarrollo de centros urbanos para la creación de “ciudades-dormitorio”.
“Empresarios locales han recurrido al cambio de destino de áreas del ejido con cubierta forestal para la creación de asentamientos humanos a fin de evadir las restricciones establecidas por el artículo 59 de la Ley Agraria. Esto porque el cambio de destino de las tierras de uso común a tierras del asentamiento humano no requiere dictamen de Semarnat”.
Y aunque en este caso no se trata de terrenos ejidales, los proyectos de cambio de uso de suelo de forestal a cualquier otro, refuerzan la tendencia a la deforestación del territorio.
“Múltiples proyectos de escala y tipo variable se ciernen sobre la región. Siendo uno de los megaproyectos con mayor proyección en medios, el llamado Tren Maya promovido por el actual gobierno federal”, advierte.
CG