En un recorrido de tres kilómetros dentro de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA), Nojoch Keej (el venado grande), ubicado en la comunidad de Nuevo Durango, el turismo amante de la naturaleza, puede conocer el venado cola blanca, tepezcuintle, el pavo ocelado y ocofaisán, a precios accesibles, sostuvo Manuel Trinidad Poot Dzib, encargado del sitio.
Recordó que hace casi 17 años, luego del paso de los huracanes Emily y Wilma, las especies salvajes, sobre todo, los felinos, comenzaron a sentir hambre al no poder casar, debido a que todo quedó revuelto, buscando como opción a su subsistencia, el tener que acercarse a la comunidad y atacar los gallineros.
Lo anterior, causó también temor en los pobladores a que estos atacaran a sus familias y comenzaron a matarlos, pero considerando que ambas especies pueden subsistir en el entorno, decidió pedirle a los habitantes que no los maten y que le dieran la oportunidad de capturarlos y mantenerlos en jaulas para resguardarlos.
Fueron nueve felinos, entre ocelotes, y el tigrillo, a los cuales cuidó por un año y dos meses hasta que lo supo la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que llegó para pedir que los entregara a la Profepa para que las liberara en las reservas federales.
Los felinos fueron liberados en el área natural de Yumbalan y se les colocaron monitores para su seguimiento, acción que le permitió que la Conanp, le ofreciera el trabajo de conservación y le tramitaron su registro de Unidad de Manejo Ambiental, un trabajo que ejerce por años, pero que le gusta realizar.
Ahora el área se ha convertido en un atractivo turístico para los visitantes, sobre todo, el europeo que llegaba antes de la pandemia a recorrer esta área de tres hectáreas, conociendo las especies que aquí se resguardan en espera de ser reubicados en alguna reserva natural para su conservación.
Poot Dzib señaló que actualmente cuenta con venado cola blanca, tepezcuintle, el pavo ocelado y ocofaisan, cuyos registros ya están para su anexo al UMA, y que está abierto al público que quiera acudir a conocerlo, siempre y cuando tomen todas las medidas y acaten los protocolos sanitarios.
Actualmente se reciben hasta dos familias al día, a quienes se les da un recorrido por la zona, explicándoles todo el trabajo y manejo que se realiza y al final se pide un donativo, esto si son habitantes de la zona, porque actualmente llegan familias de Cancún y otros lugares que han escuchado hablar del lugar.
Por lo pronto se mantienen a la espera del turismo extranjero, puesto que desde la pandemia no se ha tenido actividad alguna y apenas llevan dos meses de reactivar las actividades y retomar la visita del turismo que gusta del contacto con la naturaleza, puntualizó.
MA