En Cancún, la atención a personas con ludopatía (adicción al juego) incrementó un 100 por ciento desde que comenzó este año, según lo registrado en el grupo de apoyo Jugadores Anónimos Ave Fénix de Benito Juárez.
La principal razón es que las personas creen que jugar es la manera de recuperarse de la crisis económica que la pandemia por COVID-19 les ha generado.
A finales de 2020 se atendía a una población flotante de 20 pacientes al mes y actualmente son 40. Sin embargo, sólo 20 por ciento logrará completar su tratamiento de 12 pasos, explicó Irma Gonzáles, directora del grupo de apoyo.
Si bien con la crisis sanitaria incrementó la ansiedad en las personas por seguir jugando, durante este primer trimestre esto ha sido el doble, porque muchos se endeudaron para mantener el estilo de vida de un adicto al juego, y no pueden darse cuenta de que eso los hunde más, hasta llegar denigrarse de la peor manera para encontrar la manera de seguir jugando.
El juego es una adicción muy cara, porque en una noche se puede perder una casa, coches, etc. y cuando esto se sale de control se puede perder hasta todo el patrimonio. Hay personas que se han jugado hasta el negocio familiar.
Lo peor es que llega un momento en el cual los propios familiares ya no pueden hacerse cargo de las deudas que un jugador genera constantemente. Si bien todos podemos ser ludópatas y perder lo poco o mucho de lo que tenemos, este padecimiento es más recurrente en personas de alto poder adquisitivo.
Irma Gonzáles conoce muy bien los efectos que este padecimiento genera, ya que desde hace 15 años lucha contra la enfermedad. Ella comenzó cuando era muy joven a jugar en pequeñas reuniones con amigas, mientras sus compañeras de juego pasaban el tiempo conversando, ella siempre tenía prisa por seguir con el juego. Al principio apostaba cinco pesos y no le generaba ningún problema, hasta que perdió seis propiedades y cuatro autos con un valor de 40 millones de pesos.
Por su parte, Verónica Olguín, psicóloga en la Clínica de Psicología Integral en Cancún, dijo que este padecimiento es poco conocido. Además que la gente que lo padece no cree que sea un problema, sin embargo tiene las mismas afectaciones que otras adicciones.
La especialista explicó que la ludopatía o juego patológico es una adicción del grupo de los llamados comportamientos mentales.
Como toda adicción, comienza de a poco, hasta que el individuo se ve envuelto en un círculo de donde ya no es tan fácil salir.
La adicción al juego afecta diversos aspectos de la vida: personal, familiar, laboral, social y sobre todo, económico.
La persona ve afectada su capacidad para poder autocontrolarse y le es difícil decir no. Es incapaz de aplazar el impulso o deseo de jugar. Con frecuencia un familiar o las personas más cercanas van detectando los cambios en su estado de ánimo, irritabilidad, mal humor, poca tolerancia, preocupación intensa, ansiedad e insomnio.
Este padecimiento es reconocido como patología por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la recoge en su clasificación Internacional de Enfermedades desde el año 1992.
En primera instancia, es muy difícil la rehabilitación. Sin embargo, con la terapia correcta se puede salir adelante, sólo que el proceso es lento, en el cual la constancia es la clave del éxito.
Las personas que padecen esta enfermedad no pueden realizar actividades que se relacionen con el juego. Es más, hasta los juegos de mesa quedan restringidos para no alterar la adrenalina del paciente.
CG