Aún cuando Quintana Roo redujo el número de los delitos cometidos con armas de fuego en 2020, es el séptimo estado más violento de México.
El Índice de Paz México 2021 (IPM), elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), ubicó a Quintana Roo en el lugar 26, de las 32 entidades del país, situándolo en el segundo grupo con menos paz.
La Entidad alcanzó una puntuación de 3.304 puntos, -en una escala en la que 1 se acerca a la paz y 5 se aleja-, en la medición de los indicadores de homicidio, delitos con violencia, delitos cometidos con armas de fuego, crímenes de la delincuencia organizada y cárcel sin sentencia.
“A pesar de las mejoras significativas en 2020, Quintana Roo todavía se encuentra entre los 10 estados menos pacíficos de México”, evidencia el informe.
En 2016 registró la calificación más cercana a la paz de los últimos cinco años, al obtener dos puntos. A partir de 2017 se observó un ascenso en los delitos medidos por el Índice de Paz México, y en 2019 obtuvo la peor calificación con cuatro puntos.
El año pasado, Quintana Roo mejoró su calificación al revirar la tendencia de crecimiento de los delitos relacionados con el uso de armas de fuego.
“Quintana Roo registró la mayor mejora con respecto a la paz de cualquier Estado mexicano en 2020, luego de tres años de deterioros consecutivos. Mejoró en cuatro de los cinco indicadores del IPM, registrando la mayor mejora del país en delitos cometidos con armas de fuego”, resalta también el informe.
La mejoría está relacionada con la disminución de 69 por ciento en el índice de asaltos con armas de fuego y la reducción de 15.4 por ciento en el de homicidios con pistolas.
La entidad experimentó una mejora de 19.2 por ciento en su tasa de delitos con violencia: los robos se redujeron en 29.6 por ciento; la tasa de homicidios cayó 18.5 por ciento, después de haber aumentado 35.9 por ciento en 2019; la violencia familiar también descendió en 14.6 por ciento, el segundo progreso más importante en esta categoría en el país, según el informe. Sin embargo, el indicador de cárcel sin sentencia se deterioró, con 440 personas detenidas el año pasado.
El informe expone que la actividad económica, tanto legítima como ilícita, en Quintana Roo fue afectada por las restricciones de movimiento relacionadas con la pandemia por COVID-19.
“El Estado, cuya economía se basa en el turismo, vio reducirse las visitas casi a la mitad, lo que llevó a que los ingresos del sector cayeran de 15 mil 400 millones de pesos en 2019 a seis mil 400 millones de pesos en 2020”, precisó.
“A medida que el movimiento hacia y desde la entidad disminuyó, la economía se contrajo y la movilidad local aminoró, también las prácticas de generación de ganancias de los grupos delictivos se redujeron. Las extorsiones, los secuestros y la trata de personas, así como los delitos de narcomenudeo”, evidencia el estudio elaborado por IEP.
Cae delincuencia organizada
De acuerdo con el Índice de Paz México 2021, los delitos mayores disminuyeron en 2020 lo que llevó a Quintana Roo a registrar una mejora general de 22.8 por ciento en su tasa de crímenes de la delincuencia organizada.
El progreso estuvo impulsado principalmente por una reducción de 40.5 por ciento en los delitos mayores, un subindicador que incluye los ilícitos federales de tráfico de drogas.
“Quintana Roo es un importante punto de tránsito costero para las drogas que se dirigen al Norte de los Estados Unidos, y ese comercio fue uno de los delitos afectados de forma más directa por la pandemia”, expone.
“Se ha convertido en una zona de disputa entre los cárteles rivales, con el Cártel Jalisco Nueva Generación desafiando al de Sinaloa por el control de las ciudades a lo largo de la costa”, revela.
“Estas ciudades son atractivas debido a su proximidad geográfica con el océano, lo que ofrece oportunidades para transportar drogas hacia el Norte. Los destinos turísticos como Cancún también se han convertido en puntos críticos para el narcomenudeo, el lavado de dinero, la extorsión y la trata de personas. Por segundo año consecutivo, Quintana Roo registró la tasa más alta de secuestro y trata de personas en México”.
Otro indicador que tiene en consideración el IPM es la violencia contra los cuerpos policiacos y políticos. El año pasado fueron asesinados siete policías y cinco personas por presuntos asuntos políticos.
El alto costo de la violencia
La violencia tiene un alto costo para los quintanarroenses, es el noveno estado a nivel nacional con el mayor impacto económico, con un gasto de 80 mil 800 millones de pesos en 2020. En otras palabras, el impacto económico derivó en 46 mil 871 pesos per cápita.
“Los Estados con los niveles más altos de crímenes de la delincuencia organizada, homicidios y asaltos violentos tienen un mayor impacto económico. A nivel nacional la repercusión financiera de la violencia ascendió a 36 mil 893 pesos por persona en 2020. Esto equivale aproximadamente al ingreso de tres meses para un trabajador mexicano promedio”, expone el índice.
CG