Un nuevo golpe a los pequeños productores de ganado bovino se está dando luego de reabrirse la compra-venta de becerros, pues solamente están pagando a 42 pesos el kilo del becerro en pie. Los intermediarios se están aprovechando de la sequía e imponen precios, afirmó el presidente de la Asociación Ganadera Pueblos Unidos de Othón P. Blanco, Jesús Polanco Castillo.
Pequeños ganaderos por temor a que se les mueran sus reses en los ranchos y que se prolongue la sequía ceden ante los coyotes.
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Asimismo, señaló que en otros estados de la Península de Yucatán, el precio del becerro de 160 a 230 kilos se pagó en 45 pesos; torete chico de 231 a 300 kilos sigue en 44 pesos; torete mediano de 301 a 350 kilos, a 42 pesos; torete de 351 a 400 kilos se pagó en 42.50 pesos y torete pesado de 401 a 420 kilos tiene un precio de 41 pesos.
La becerra de 160 a 250 kilos, el precio es de 41 pesos el kilo; vaquilla pequeña de 251 a 350 kilos se pagó a 41 pesos el kilo y vaquilla de 351 a 400 pesos el kilo, el precio es de 37 pesos con 50 centavos.
Asimismo, dijo que “la sequía los sigue golpeando, la falta de competencia de compradores, el incremento de intermediarios, apoyos tardíos y raquíticos de autoridades y la pandemia nos pegó el tiro de gracia, mientras los productores están en peligro de extinción”.
Aseguró que actualmente resulta ser intermediario, coyote o como se le quiera decir, que productor, porque un pequeño ganadero durante un año y medio se dedica a criar a sus animalitos, les tiene que poner sus vacunas, comprarles sus alimentos, sortear problemas de sequía y lluvia para que al final casi lo regale, eso no es justo.
Este no sólo es el problema de Juan Pérez, sino de los tres mil 500 socios que tiene en su afiliación la Unión Ganadera Regional (UGR), porque no todos tienen los suficientes recursos para una adecuada provisión alimenticia.
Tan sólo en Othón P. Blanco se estima que se comercializan diariamente alrededor de 50 cabezas de ganado de manera tradicional en carnicerías, a parte lo que se vende en los supermercados y ahí los precios no bajan para nada, sino que se mantienen en 130 pesos el kilo de carne al menudeo, lo que no es justo.
Otro problema que afecta a los productores es el tráfico ilegal de ganado en la frontera sur de México proveniente de Centroamérica, no sólo porque baja los precios, sino porque pone en riesgo el estatus sanitario acreditado modificado en brucelosis.
Finalmente, señaló que en la frontera México-Belice no se tiene el número exacto de animales que cruzan para ser comercializados en el mercado local como ganado certificado mexicano.
JCL