Carlos R., quien el pasado 1 de junio golpeó a su expareja Scarlett S., causándole lesiones en rostro y cuerpo, fue denunciado por la afectada ante la Fiscalía General del Estado en Chetumal, donde inició su calvario, ya que esta dependencia la revictimizó y se mostró omisa al momento de realizar la investigación.
Aparentemente uno de los motivos de que se alente la investigación es por la hija de Carlos R., Karla Patricia Rivero González, titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas en el Estado de Quintana Roo (Ceaveqroo).
En entrevista para POR ESTO! Scarlett S. comentó que “no es la primera vez que me golpeaba, a principios de febrero lo hizo, en esa ocasión recibí dos golpes en la cara, yo en esa ocasión le mando un mensaje personal a su hija, mi intención nunca fue perjudicar, a pesar de que me habían golpeado, ella (Rivero González) de inmediato me ofreció atención médica. Ese día me llevaron a una clínica particular, a la Montecristo, ahí me atendió un médico particular, al ver los golpes que tenía me pidió que denunciara, situación que no cayó bien a la acompañante que me habían asignado, ésta de inmediato dijo que no denunciaría porque soy independiente y empoderada”.
“Después de mi atención médica me dijeron que este protocolo no es el normal, generalmente llevan a las mujeres violentadas a las Farmacias Similares o Yza a consultar, pero a mí me llevaron a una clínica particular y me darían seguimiento”.
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Prosiguió, “ahora entiendo que ese tipo de tratos que le dan a todas las mujeres víctimas de violencia no es el adecuado y los protocolos no se cumplen”.
Según comenta la afectada, que los días pasaron y no hubo seguimiento a su caso; sin embargo, decidió no denunciar para “no meterse en más problemas”.
Pero el pasado 1 de junio fue víctima nuevamente de Carlos R., “estaba en la puerta de mi casa, me golpeó, me jaloneó y me pateó en varias ocasiones, tenía el rostro lleno de sangre, los ojos ensangrentados y el cuerpo lleno de moretones”.
Como comenta la afectada, el castigo continuó en la Fiscalía General del Estado,“como pude llegué a la FGE y en vez de que recibieran mi denuncia, me pidieron que fuera a un hospital, sólo me dijeron: estás muy golpeada, mejor ve a un médico y luego vienes”.
Comenta la mujer que prefirió quedarse; “la toma de declaración duró dos horas, parece que te hacen un favor, no te creen. Después pasé con el médico del lugar; literal, le tocaron la puerta en varias ocasiones, la abrió y se notaba que estaba despertándose, le comentaron el caso y sólo me miró de arriba a abajo y me preguntó si me dolía algo, yo le dije que no y sólo me preguntó si se movía mi nariz y me dijo con eso basta, escribió en una hoja y se le entregó al personal del Ministerio Público”.
La víctima agregó que después de este incidente le dijeron que se podía retirar, a pesar de que se encontraba en mal estado, no la ayudaron ni le brindaron el auxilio debido, como pudo la mujer salió y tomó un taxi hacia su casa.
“Pasaron tres días y la investigación no avanzaba, le conté a mi familia lo sucedido y me comenzaron ayudar, resulta que el caso estaba detenido y no había avanzado, aparentemente la hija de Carlos R. estaba deteniendo el proceso”.
Según el testimonio, el caso estaba frenado hasta que se hizo viral; una vez que llegó a las redes sociales el personal de la FGE comenzó a trabajar, mandaron medidas de restricción e intentaron ponerme a una persona de asistente jurídico, pero ya tenía quien me ayudara.
“Hasta el momento, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas en el Estado de Quintana Roo no se ha acercado a mí ahora que ya denuncié, son varios protocolos que tuvieron que haberse realizado y no se hizo uno solo”.
La agraviada continuó diciendo que “esto qué quiere decir, o no les interesa o Karla Rivero González está intentando encubrir los delitos de su padre, una vez lo hizo, pero ahorita ya estoy asesorada y no dejaré que de nueva cuenta pisoteen mis derechos”, finalizó Scarlett S.
Por su parte, la representante de los colectivos feministas en Quintana Roo, Ariadne Song Anguas, comentó: “Es increíble la opacidad que existe, nos tienen que matar o grabar sufriendo para que las autoridades hagan algo”.
La activista señaló que “en Quintana Roo se mata y se viola, y la autoridades no hacen nada para poder detener esta ola de violencia contra las mujeres. Lo lamentable de este caso es que existe el contubernio entra las autoridades para que no hagan nada y le den carpetazo al asunto”.
CG