¿Cómo murió Gumaro de Dios García, el 'Caníbal de Playa del Carmen'?

Gumaro de Dios García, mejor conocido como el "Caníbal de Playa del Carmen" fue un asesino serial que causó el temor en los playenses cuando su caso se hizo conocido, pues era una persona que cometió muchos crímenes atroces y por si fuera poco, no sentía remordimiento alguno al hacerlo.

Dentro de todos los actos de violencia cometidos durante toda su vida, el que le dio el nombre de el "caníbal" fue por el que lo detuvieron y encerraron en 2004, tras haber asesinado al que era su amante después de una acalorada discusión que terminó con Gumaro golpeándolo en la cabeza con block hasta quedar inconsciente. Después de quitarle la vida, lo colgó de un árbol hasta que se desangró para proceder a descuartizarlo para preparar un caldo con sus vísceras, además de tomar el corazón y las costillas para hacer un asado.

Tras ser descubierto por los vecinos quienes dieron aviso a las autoridades, fue recluido en Playa del Carmen y posteriormente enviado al Cereso de Chetumal, donde no conforme con la aberración cometida, también aseguraba que había hecho un pacto con el diablo motivo por el cual debía entregarle a tres personas.

Posteriormente en 2006, aún recluso, se rebanó una pequeña parte de su propia oreja izquierda con la intención de comérsela ya que afirmaba extrañar el sabor de la carne humana.

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Por el nivel de peligro que representaba para los demás y para él mismo, además de ser muy temido dentro de la cárcel en 2007 lo llevaron al Centro Federal de Readaptación Psicológico en Cuautla, Morelos, sin embargo, tan sólo un año después fue trasladado de nuevo al Cereso de la ciudad de Chetumal pues se encontraba muy enfermo, ya en fase terminal del SIDA.

Durante la madrugada del 11 de septiembre de 2012 lo trasladaron al Hospital General de Chetumal donde murió a los 34 años de edad. 

Su cuerpo sin vida fue enviado a Tabasco, lugar de nacimiento y donde se encontraba toda su familia, quienes terminaron por encerrarlo en la ranchería llamada Azucena.

“¿Qué siento al matar? ¡Ah! Pues nada, no se siente nada, es como matar a un pollo”, llegó a confesar este tétrico y excéntrico personaje.

MA