Aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) obligó a los estudiantes de tres a 15 años de edad a tomar clases a distancia para resguardarse de la pandemia por COVID-19 en México, las condiciones tecnológicas fueron dispares para los pequeños, por lo que el conocimiento no llegó a todos.
De acuerdo con el informe “De la emergencia a la recuperación de la pandemia por la COVID-19: la política social frente a desastres” publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), revela que el 66 por ciento de los niños en edad de recibir la educación básica no tienen computadora en casa.
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A este rezago educativo se anexa que el 42 por ciento de los niños no tienen acceso a Internet, lo que les impide atender las instrucciones giradas por los maestros para cumplir con sus obligaciones educativas.
“A partir de las estrategias implementadas por la Secretaría de Educación Pública, en los hogares con estudiantes se requiere contar al menos con acceso a energía eléctrica para encender una televisión y seguir las clases programadas por este medio”, expuso el informe publicado por el Consejo.
“Además de disponibilidad de Internet y un dispositivo que permita la conectividad tanto para tomar clases en línea, como para realizar tareas y trabajos, envío y recepción de actividades escolares y las evaluaciones de conocimiento correspondientes a los avances educativos programados, de acuerdo con el grado y nivel”, apuntó.
En su informe, el Coneval alertó que los niños requieren dichas herramientas para cumplir con sus obligaciones escolares durante la educación a distancia, por lo que su carencia podría reflejar un rezago en el mediano plazo.
“El rezago en aprendizaje se puede agudizar debido al cierre de las escuelas, especialmente entre quienes no pueden acceder a la educación a distancia, por lo que la incidencia de la carencia podría verse incrementada en el mediano plazo”, advirtió.
Sin embargo, el 93 por ciento de los niños y adolescentes sí tienen un teléfono celular, de acuerdo con el estudio.
En cuanto al acceso a tecnología análoga, la cobertura se amplía: el 91 por ciento de los pequeños sí cuenta con televisión en casa y el 61 por ciento tiene acceso a la radio.
En 2020 el Coneval midió que el 15 por ciento de los quintanarroenses mantenían un rezago educativo, dos puntos porcentuales por debajo del promedio nacional que fue del 17 por ciento.
Y seis puntos porcentuales por arriba de la Ciudad de México que ocupa el primer lugar a nivel nacional con menos rezago educativo.
La falta acceso al conocimiento a través de las clases virtuales se agudizó en los niños en edad de recibir educación básica pertenecientes a comunidades indígenas.
En abril de 2020 la SEP implementó la Estrategia Radiofónica para Comunidades y Pueblos Indígenas que consistía en impartir clases para hablantes de 15 distintas lenguas a través de 18 radiodifusoras del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
Este programa no logró alcanzar al 53 por ciento de la población indígena de Quintana Roo porque no tienen radio en casa.
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El estado se encuentra por arriba del promedio nacional que alcanza el 52 por ciento de la población sin acceso a radio, en situación similar se encuentran Chiapas, Nayarit y Guerrero.
CG