Después de la jornada de vacunación contra el COVID-19 en Quintana Roo, al menos 30 profesionales de la educación murieron por complicaciones relacionadas con la pandemia, previo a la inmunización ya habían muerto otros 30 desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020, esto significa que la mortalidad de docentes aumentó 100 por ciento. De estos datos destaca que 20 de los profesores fallecidos después de inocularse eran jóvenes, informó la Sección 25 del SNTE.
Antes del 18 de mayo, de acuerdo con datos del secretario general del Sindicato de los trabajadores de la Educación (SNTE) Sección 25 de Quintana Roo, Fermín Pérez Hernández, una treintena de maestros ya había perdido la vida por esta enfermedad, “la mayoría de ellos eran maestros jubilados mayores de 60 años; sin embargo, esta vez, 20 de los profesores fallecidos después de inocularse eran jóvenes”, afirmó.
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Hasta el momento no se cuenta con cifras oficiales por parte de la Secretaría de Educación en Quintana Roo (SEQ) de los docentes que estando activos acaecieron por esta enfermedad, ni por parte de otros sindicatos educativos en la entidad.
Por ello, aseguró Pérez Hernández, sólo se regresará a clases presenciales si las autoridades garantizan la seguridad, tanto de docentes como de trabajadores administrativos. “Nuestra prioridad es la educación de la infancia, pero también la vida de los aproximadamente 23 mil agremiados del sindicato”, enfatizó el líder sindical.
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“Nuestro compromiso es con la niñez, pero los maestros tienen temor de regresar si no existen las condiciones para hacerlo, y ante todo se privilegia la vida”, indicó.
Durante la pasada jornada de vacunación contra el COVID-19, enfocada en toda la comunidad involucrada en la educación quintanarroense, el 97 por ciento de los docentes fue inmunizado, mientras que el 3 por ciento restante no fue vacunado por diversos factores, informó Pérez Hernández.
De acuerdo con las cifras que el sindicato maneja, aproximadamente 83 docentes se han reportado como recuperados de la enfermedad en los últimos días; sin embargo, actualmente se tienen siete casos activos, así como la sospecha de 46 más. “No podemos obligar a los maestros a que nos reporten si son casos confirmados o no. Muchos no quieren decirlo y están en todo su derecho, porque finalmente no están exponiendo a nadie, ya que se mantienen en casa y estamos en receso escolar”.
Sobre el caso de docentes que pudieran ser parte de la población vulnerable ante un posible regreso a clases presenciales, dijo que adolecen de ese dato, ya que al igual que los casos de COVID-19, no pueden obligar a los docentes a que externen sus padecimientos.
“Lo que sí nos corresponde es ofrecerles espacios seguros para trabajar en pro de la educación del Estado; nos queda claro que no se puede prolongar más tiempo las escuelas”, expresó el dirigente educativo y aseguró que ante el próximo regreso a clases escolarizadas se debe de tomar una decisión, pese a que se rigen con los lineamientos de su dirigente nacional, quien pide el regreso a las aulas solo si se cumplen las tres V: “Vacunación a todos los maestros, eso ya está; regreso voluntario, también se cumple; pero el semáforo en verde, aún está pendiente”, concluyó.
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CG