Quintana Roo

Deforestación de la selva de Othón P. Blanco, equivale al tamaño de Mérida, Yucatán

La agroindustria y agricultura comercial han sido importantes impulsores del cambio de uso de suelo en Quintana Roo, donde el municipio de Othón P. Blanco registra la mayor cantidad de selva deforestada
El área deforestada en el municipio de Othón P. Blanco, al sur de Quintana Roo, mide alrededor de 240 kilómetros cuadrados / Eric Castillo

En el municipio de Othón P. Blanco se registró mayor intensidad de cambios de uso de suelo forestal en los ejidos de Caobas, Laguna Om, Ramonal, Río Hondo, Guadalajara, Sacxán y Palmar, con 24 mil 452 hectáreas en la última década, lo cual representa el 27 por ciento de 90 mil 326 hectáreas de selva que fue destruida para darle paso a actividades agropecuarias

En Quintana Roo, en los últimos 10 años se deforestaron 90 mil 326 hectáreas de selva, Othón P. Blanco (24 mil 452 hectáreas), Bacalar (24 mil 535 ha), Felipe Carrillo Puerto (13 mil 402 ha), Lázaro Cárdenas (6 mil 016 ha) y Benito Juárez (5 mil 980 ha), que en conjunto representan el 82 por ciento.

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La zona deforestada en la última década en el municipio de Othón P. Blanco equivale a 240 kilómetros cuadrados, una extensión similar al tamaño del país más pequeño de América, San Cristóbal y Nieves (261 km2), o al tamaño de la ciudad de Mérida, Yucatán (246 km2); incluso es mayor que Cancún (119 km2).

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El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible señala que la deforestación conlleva a la pérdida de servicios ecosistémicos y a causa de ello viene la pérdida o disminución del bienestar social y ambiental, lo cual se vuelve un problema público urgente por atender.

El análisis de los datos que publica el Sistema de Información Agropecuaria (SIAP), referente al valor de la producción, son un indicador importante que evidencia el avance de los cultivos agroindustriales y especies forrajeras a costa de la selva, tales como el maíz, sorgo, soya y la caña en la entidad.

La agroindustria y agricultura comercial, que han sido importantes impulsores del cambio de uso de suelo en Quintana Roo, se suma la producción ganadera, que del año 2005 al 2018 generó un valor de 17 millones 182 mil pesos.

En una década, Othón P. Blanco registró mayor intensidad de cambios de uso de suelo forestal en los ejidos de Caobas, Laguna Om, Ramonal Río Hondo, Guadalajara, Sacxán y Palmar, debido principalmente al impulso que el ingenio azucarero e instituciones gubernamentales realizaron para impulsar la siembra de la caña de azúcar y la producción de ganado.

Cabe destacar que en Quintana Roo son cinco municipios que concentran el 82 por ciento de la deforestación, Othón P. Blanco y Bacalar, concentran el 54 por ciento, sólo en la última década, 47 mil 957 hectáreas de selva fueron transformadas en terrenos de cultivo o pastizales para ganado.

En Othón P. Blanco, en total son 24 mil 452 hectáreas, de las cuales 15 mil 409 hectáreas fueron destinadas para el área ganadera, lo cual representa el 63 por ciento, 8 mil 449 hectáreas para la agricultura, lo que representa el 35 por ciento y 515 hectáreas para uso urbano, un dos por ciento.

Lasáreas deforestadas en Othón P. Blanco se encuentran en el núcleo agrario de Caobas, con 2 mil 941 hectáreas, el 93 por ciento fue para actividades ganaderas, cinco por ciento para agricultura y uno por ciento para uso urbano; Laguna Om, con 2 mil 742 el 94 por ciento fue para actividades ganaderas y el seis por ciento para agricultura.

Ramonal, mil 516, el 39 por ciento para la agricultura, 60 por ciento para la ganadería y uno por ciento para uso urbano; Nuevo Guadalajara, mil 287 hectáreas, 79 por ciento para la actividad ganadera y 21 por ciento para el cultivo de caña de azúcar; y Sacxán, con mil 164 hectáreas, 77 por ciento para la siembra de caña de azúcar, el 28 por ciento para ganadería y el uno por ciento para uso urbano.

La Comisión Nacional Forestal (Conafor) informó que para frenar la deforestación se requiere conocer cuándo, dónde y cómo sucede.

Una de las variables que impulsan la deforestación es la presencia de actividades agropecuarias (densidad agropecuaria), ligada a la dinámica productiva de maíz y caña de azúcar (rendimientos). Asimismo, variables como la cercanía a zonas agrícolas azucareras con altos rendimientos, así como zonas de maiceras, están fuertemente ligadas a procesos de cambio de uso de suelo.

En el caso de la agricultura, concretamente el cultivo de la caña de azúcar ha sido uno de los principales impulsores de la deforestación. La superficie cultivada en el estado pasó de 25 mil hectáreas en el 2014 a 34 mil 220 hacia el 2018.

CG