Acostumbrado a la presencia humana, el Mapache de Cozumel prefiere los entornos naturales, como los bosques tropicales y los manglares de la isla. Es una especie endémica de Quintana Roo, donde el número de ejemplares roza los 300.
Está catalogado como un animal en riesgo crítico de extinción, por la actividad humana en su hábitat y a la alta tasa de atropellamientos en las carreteras del municipio. Comparado con el mapache común, el de Cozumel es más pequeño y liviano.
Sus hábitos son nocturnos y es omnívoro, es decir, se alimenta de cualquier comestible que encuentre en su camino. Entre las amenazas que enfrenta, destacan también la contaminación de los cuerpos de agua y el envenenamiento por parte de los campesinos que cuidan los cultivos.
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CG