No deja millones de ganancias, pero al menos sale para la comida; incluso, a veces, hasta para el ceviche, comentó Álvaro Uc Cáceres, el único vendedor de raspados que trabaja todo el año en esta cabecera de José María Morelos; la materia prima que ocupa no se consigue en esta ciudad, por lo que tiene que ir hasta el estado de Yucatán.
Dijo que todos los días se levanta a las 5:00 horas para ir a Peto, Yucatán, a comprar hielo, la materia prima de los granizados que vende todos los días en las calles de la ciudad; regresa a las ocho con un cuarto de marqueta de hielo, que guarda en una nevera para que no se derrita, y a las 10 de la mañana sale a la calle a vender.
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Agregó que la ruta que sigue, primero es acudir a las escuelas, luego se va a las colonias y al mediodía recorre el Centro de la ciudad, retornando a varios puntos de la ciudad para terminar su venta.
Refirió que en época de frío sufre bastante, porque el producto casi no se vende, pero como es su trabajo, lo tiene que hacer; sin embargo, afirmó que en esta época de canícula es cuando se consumen muchos granizados, lo que le genera buenos ingresos; a veces hasta para comprar ceviche, indicó con un dejo de sonrisa.
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Manifestó que en esta cabecera municipal, mucha gente vende productos helados en la calle, como pozol, agua fresca, tepache y nieve; pero sólo él se dedica a expender raspados, o comúnmente conocidos como granizados.
Recordó que cuando se vendía hielo en esta ciudad, muchas personas empezaron a vender granizados; algunos solamente lo hacían por temporada, pero en su caso no ha sido así.
Apuntó que él trae en la sangre vender raspados, ya que su padre, don Pascual, hasta su vejez salía a vender en las calles de la ciudad.
Asimismo, detalló que el único problema es que en esta ciudad no se consigue el hielo, principal insumo, sino que hay que ir hasta Peto, Yucatán, todos los días.
Por último, confió que él lleva alrededor de 40 años ejerciendo el oficio y mientras no se enferme continuará con la venta de sus raspados por unos 20 años más.
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JG