La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) presentó a su similar de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el Documento Técnico Unificado (DTU) para la construcción de una Base Aérea Civil Militar y el Aeropuerto Internacional de Tulum“Felipe Carrillo Puerto”, en el Estado de Quintana Roo.
La promovente señala la naturaleza del proyecto desde el punto de vista de seguridad y argumenta que la “infraestructura militar actual resulta insuficiente para atender las acciones de vigilancia necesarias para brindar servicios de seguridad; además, no existe infraestructura aeroportuaria en la Riviera Maya capaz de soportar y asistir eventos hidrometeorológicos graves, los cuales afectan directamente a la población”.
Con base en la información proporcionada por Sedena los objetivos de construir una Base Aérea Civil Militar y el Aeropuerto Internacional de Tulum consideran los siguientes aspectos:
Potenciar la demanda turística para el sur de la Riviera Maya, con énfasis en el corredor Playa del Carmen-Tulum-Chetumal. Atender oportunamente las funciones de vigilancia del espacio aéreo en la frontera sureste. Constituirse como un nodo logístico oportuno y estratégico para prestar apoyo en caso de desastres naturales. Agilizar los traslados y disminuir los costos de los mismos entre Tulum, Puerto Aventuras, Akumal, Xel-Ha, Cobá, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar, Mahahual y Chetumal.
En el documento de 953 páginas, la Sedena destaca el predio del proyecto y de su camino de acceso, que se ubican en zona de selva mediana subperennifolia, presente aún en la mayor parte del estado de Quintana Roo. Dicho predio se encuentra en el Ejido Chunyaxché, Municipio de Felipe Carrillo Puerto, en el Estado de Quintana Roo. El polígono abarca un área de 12.000 km2 (1,200 hectáreas), y su camino de acceso ocupará 3.2119 km2 (321.19 hectáreas). El área total del proyecto suma 15.2121 km2 (1,521.19 hectáreas).
De la superficie total del predio del proyecto, solo 513 hectáreas se solicita para cambio de uso de suelo en terrenos forestales (CUSTF), es decir que en dicha superficie se podría realizar la remoción total de la flora, contemplando especies maderables y no maderables que se registraron a partir del muestreo florístico realizado en dicha superficie. Esta superficie de afectación se refiere al área que ocuparán las obras e instalaciones del proyecto.
Previa a la preparación del sitio, la promovente destaca también que contrató un estudio para determinar la susceptibilidad o peligro al colapso por la posible existencia de elementos kársticos en la zona. Dicho estudio se basó en ensayes geofísicos eléctricos y sísmicos, así como reconocimiento geológico in situ y reportó entre los principales hallazgos que la zona está karstificada con abundante presencia de karren y epikarst poco competentes; el espesor de la roca competente es de hasta 30 metros, en promedio, sin embargo, presenta heterogeneidades laterales en términos estructurales; en la ubicación de la pista de aterrizaje y de rodaje hay una densidad de estructuras proclives al colapso; sin embargo, son puntuales y no exceden los 5 m de longitud, por lo que es necesario verificar la calidad de la roca interpretada como caliza porosa: el terreno presenta una calidad de regular a buena, considerando que las unidades de roca porosa son estables para el emplazamiento de infraestructura; sin embargo, se deben realizar mayor cantidad de tomografías sísmicas y exploración directa.
La vida útil del proyecto de la Base Aérea Civil Militar y el Aeropuerto Internacional de Tulum se estima en 30 años aproximadamente, a partir del inicio de su operación comercial.
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JG