La Presidenta Municipal de Benito Juárez, Ana Paty Peralta de la Peña, no sólo se olvida de los vivos, sino también de los muertos, ya que los panteones municipales se encuentran en total abandono, convertidos en basureros, con ataúdes abiertos, basura acumulada y maleza crecida.
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Los tres cementerios, “Los Olivos”, “Los Álamos y el “Parque Funerario” están bajo la tutela de la Operadora y Administradora de Bienes Municipales, S.A. de C.V. (Opabiem) del Municipio de Benito Juárez. El panteón “Los Álamos” se encuentra saturado en su totalidad, por lo que ya no puede recibir cuerpos ni brindar servicios a los ciudadanos. Aunque continúa abierto, al contar con 8 mil cuerpos, carece de espacios para recibir más ataúdes, y sólo puede albergar algunas cajas de cenizas en las criptas, reconoció la Directora de Opabiem, Landy Canché Pantoja.
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“Los Olivos”, saturado
En un recorrido del equipo de Por Esto! en el panteón “Los Olivos”, localizado en la Región 99, se detectaron cientos de lápidas abandonadas, losas destruidas, ataúdes arrumbados en una montaña de escombros, además de fauna nociva.
Tanto vivos como muertos sufren de inseguridad, los primeros en su día a día y los segundos en lo que debería ser su última morada y en su eterno descanso; y en ambos casos es la autoridad de Ayuntamiento de Benito Juárez quien incumple con brindarles garantías.
A unos días que se celebre el tradicional Día de Muertos, y pese a los anuncios de limpieza y preparación de los recintos para recibir a los miles de familiares que visitan las tumbas de sus seres queridos que partieron al eterno descanso, el panorama en el santuario luce deplorable.
Tumbas derruidas, ataúdes fuera de sus espacios, oxidados sin saber en dónde quedaron los cuerpos que albergaron, pasillos con maleza y basura.
Mientras que el panteón“Los Álamos”, ubicado en la avenida López Portillo, se encuentra en una situación bastante deplorable, pues la delincuencia ha hecho de las suyas en este sitio, sin que Seguridad Pública haya logrado detener la acción de los delincuentes.
Este camposanto ha sido víctima de los llamados “santeros”, quienes acuden al lugar para extraer huesos humanos, de acuerdo a denuncias que circulan en las redes sociales.
“Caminar por los pasillos de las tumbas da mucho miedo. Es escalofriante, aunque sea asomarte, porque ves los esqueletos de difuntos, cráneos sin dientes, cabellos e incluso una vez vi que un gato se estaba llevando un hueso de esa zona, lo que me da a entender que pudo ser de un humano”, publicaron algunos ciudadanos.
Este panteón fue el primero en operar en Cancún, ubicado originalmente “lejos” de la ciudad, pero al paso de los años, el vertiginoso crecimiento demográfico “se lo comió”, quedando actualmente en medio de una zona densamente habitada, rodeada de escuelas, centros comerciales y con inseguridad.
Hace 47 años, en 1976, “Los Álamos” fue inaugurado en la Región 91. Aún hay algunas familias que pagan su cuota anual de mil 500 pesos en promedio, pero éstas encuentran el cementerio cerrado prácticamente todo el año y las únicas fechas en las que pueden acceder con un poco de más seguridad durante la Celebración de los Difuntos.
Mientras que el Panteón “Los Olivos”, que abrió sus puertas a principios de los años 90, con la pandemia agotó sus espacios de tumbas y gavetas; por lo que la duda que queda es si el futuro de este camposanto será el mismo que el de “Los Álamos”.
En tanto, a principios del 2020 entró en operaciones el “nuevo” panteón de Cancún, ubicado en la Región 106, denominado “Parque Funerario”, luego que el de la región 99 ya agotó sus espacios para dar atención a la demanda.
Ante la emergencia que se registró a principios del 2020, abrió sus puertas para dar especial atención a los cuerpos de las víctimas de COVID-19. Su apertura fue para recibir cuerpos incinerados por contagio de coronavirus.
Al interior era obligatorio el uso de cubrebocas, guantes y mantener la distancia. Este nuevo camposanto denominado contaba en ese momento con 500 espacios, entre gavetas y criptas para las cenizas.
Al estar ubicado en la zona del Arco Vial, es de acceso complicado. Además, es el único panteón que cuenta con gavetas tipo “condominios”, por lo que acceder a los ataúdes es más complicado.
El camposanto está rodeado de selva baja y acudir al lugar implica tomar precauciones para evitar ser picado por mosquitos transmisores del dengue u otras enfermedades endémicas, ya que las autoridades han omitido realizar fumigaciones por la zona.
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AT