La falta de servicio de energía eléctrica se ha vuelto una cotidianidad en la comunidad Dzula, situación que mantiene el enojo de los habitantes pues aseguraron que el apagón registrado la tarde del domingo afectó a más de 2 mil 500 habitantes. Además, afectó a cinco comunidades más, donde radican un aproximado de 8 mil personas.
La información fue confirmada por la autoridad de la comunidad, quien dijo que el problema se ha manifestado a los responsables de la Comisión Federal de Electricidad y quedaron que atenderlo lo antes posible.
Por su parte, otro vecino identificado como Valentín N. señaló que el apagón se registró la tarde del domingo, aproximadamente a las cinco de la tarde y hasta la tarde del ayer, no había retornado el servicio.
Aseguró que esta situación afecta a los comercios de productos perecederos y que requieren refrigeración; incluso la señal de telefonía móvil se apagó, por lo que no se pudo hacer el reporte de la falla en el servicio, hasta que alguien salió de la ciudad para hacerlo directamente en las oficinas de la exparaestatal.
La deficiencia en el servicio de energía eléctrica afectó a las comunidades Santa María Poniente, Chan Santa Cruz, Yoactun, Laguna Kaná y Naranjal Poniente, donde radican más de 8 mil personas, que desde la tarde de ayer no contaban con energía eléctrica.
Ante ello, también afectó el servicio de agua potable e incluso los molinos de nixtamal no pudieron arrancar por falta de corriente eléctrica, ni hubo servicio en las clínicas de salud.
Los lugareños mencionan que este problema lo viven desde hace años, debido a la falta de mantenimiento de las redes de conducción, ya que los árboles han crecido de manera considerable y al topar con las ramas generan un cortocircuito, lo que hace que se boten las cuchillas en la comunidad Dzulá, afectando a media docena de localidades que se ubican al Sur-Suroeste del municipio.
Interrupciones en la luz dañan a Kantunilkín
Los cortes de energía eléctrica han vuelto a afectar a la cabecera municipal, generando la indignación de los residentes que culpan a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por su deficiente servicio. Sin embargo, a pesar de las quejas y las afectaciones en equipos eléctricos y productos en comercios locales, ni los habitantes ni los empresarios han tomado medidas de protesta contra esta empresa proveedora.
En estos días, marcados por las lluvias, se han producido caídas de energía eléctrica, con hasta cinco interrupciones en cuestión de minutos y apagones que pueden durar desde veinte minutos hasta casi dos horas. Aunque los pobladores de Kantunilkin denuncian estas afectaciones, no se conocen las causas exactas, ya que parecen ser recurrentes durante la temporada de lluvias.
Azriel Tuz reportó que durante este último fin de semana, con las lluvias, se experimentaron cortes de energía constantes, con hasta cinco interrupciones en menos de diez minutos, seguidos de apagones que se prolongaron durante veinte minutos o incluso más. Esto ha causado un enojo generalizado entre la población.
Además, estas fluctuaciones en el voltaje eléctrico dañan equipos electrónicos, y la CFE no se hace responsable de los daños a menos que se pueda demostrar a través de un dictamen eléctrico que la energía fue la causa. Como resultado, muchos residentes han dejado de exigir la reparación o el reemplazo de sus equipos dañados.
Por lo tanto, cuando comienzan los cortes de energía, la mayoría de las personas opta por desconectar sus dispositivos de los tomacorrientes hasta que la corriente se estabilice o los apagones cesen, permitiendo que el servicio se normalice antes de volver a conectar sus equipos. Esto les evita malos momentos y la pérdida de sus dispositivos.
Azriel Tuz señaló que en las redes sociales, la comunidad expresó su frustración hacia la CFE, pero la falta de un módulo de la Profeco u otra instancia de apoyo al consumidor impide que se tomen acciones más enérgicas por temor a represalias por parte de la CFE.
Recordaron que hace unos meses, los ejidatarios bloquearon los trabajos de la CFE en la línea submarina de Holbox, exigiendo compensación por las afectaciones a sus tierras. La empresa se negó a pagar y finalmente demandó a los ejidatarios por entorpecer los trabajos y la inversión federal. Esto ha creado un ambiente de temor a represalias, ya que las personas que han ido a quejarse han experimentado aumentos en sus facturas de consumo eléctrico.
Holbox, en crisis por apagones
Los frecuentes cortes de energía y apagones que afectan a la isla exacerban la crisis que el sector turístico enfrenta debido a la escasa afluencia de visitantes nacionales y extranjeros. Estos problemas ahuyentan a los pocos turistas que llegan durante la temporada baja, que abarca los meses de septiembre a noviembre, según explicaron los afectados.
Enrique Ramírez, representante de la sociedad gastronómica de Holbox, señaló que desde que comenzó a operar la línea submarina de energía hace aproximadamente cuatro meses, en la que se invirtieron más de 200 millones de pesos, dejó mucho que desear debido a su deficiente servicio y las cuantiosas pérdidas que ocasiona.
El líder de los restauranteros afirmó que antes de este proyecto del Gobierno Federal, la isla tenía su propia planta eléctrica, aunque el servicio era deficiente, no se comparaba con la situación actual, donde los bajones de corriente y las variaciones de energía son constantes y afectan a los equipos de cocina.
Agregó que los apagones ocurren casi a diario, lo que resulta en pérdidas significativas para cada restaurante debido a la necesidad de mantener productos refrigerados y a la insatisfacción de los comensales que se retiran debido a la falta de atención, entre otras afectaciones. Estos problemas agravan aún más la difícil situación de la temporada baja, ya que el turismo, escaso en esta época, se aleja debido a las malas condiciones de las calles y la falta de corriente, entre otros factores.
Limbert Zapata, hotelero en la isla, recordó que, en la década de 1950, Holbox tenía su planta eléctrica, que proporcionaba sólo 4 horas de luz por la noche y satisfacía a los habitantes. Sin embargo, en la década de 1970, durante una visita Presidencial de Luis Echeverría, se autorizó la instalación una de mayor capacidad, lo que permitió tener electricidad las 24 horas del día.
A medida que Holbox creció con el tiempo, con más hoteles y construcciones, el suministro eléctrico se volvió más problemático, especialmente con la planta que funcionaba con diesel, lo que resultó en fallos.
En 2018, se propuso el proyecto de la línea submarina que abastecería a la isla, y comenzó a implementarse el año pasado hasta que comenzó a operar hace aproximadamente cuatro meses. Sin embargo, en este período, ha generado más insatisfacciones que todas las décadas anteriores con la planta eléctrica.
Limbert Zapata también destacó que las fluctuaciones de voltaje y los apagones constantes tienen un gran impacto, lo que se refleja en facturas más altas debido a los picos de voltaje asociados a esos cortes.
Además de afectar negativamente al turismo y agravar la crisis, el deficiente servicio eléctrico también afecta a la población local, ya que reciben facturas con aumentos del 100% al 200%. A pesar de las quejas presentadas ante la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa no reconoce estas afectaciones y exige el pago de las facturas bajo la amenaza de cortar el suministro.
Es importante señalar que, aproximadamente hace un mes, se convocó a la comunidad a reunirse para firmar un documento conjunto y buscar formas de denunciar los deficientes servicios de la CFE y detener los abusos. Hasta el momento, no ha habido respuesta por parte de las autoridades estatales para respaldar estas gestiones.
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HS