El aumento de la población de tejones o coatíes en la región se debe a que otros animales del monte han disminuido su población o han emigrado a otros lugares por la devastación de su hábitat natural causada por los incendios forestales que han afectado esta zona año tras año, señaló Armando Chi, productor y promotor de un programa de avistamiento de animales silvestres en el ejido Naranjal.
Explicó que el incremento en la población de tejones ha llevado a que la gente del campo los vea como plagas, ya que se alimentan de los sembradíos de maíz en las milpas. Agregó que en los últimos cinco años, ya no es común avistar en el monte a animales como el jabalí, el tepezcuintle, el sereque, el tapir y el venado de cola blanca.
Según Armando Chi, las instituciones encargadas de la protección del medioambiente deberían estudiar el comportamiento de los tejones, ya que si continúan reproduciéndose en gran cantidad, podrían representar una verdadera amenaza para los productores.
Añadió que los campesinos del municipio y de Yucatán han expresado su preocupación por la invasión masiva de esta especie en sus milpas cuando el elote empieza a desarrollarse. Esta situación no es un asunto menor, ya que destruyen el sustento del campesino y el resultado de meses de trabajo, por lo que considera fundamental que el Gobierno tome medidas al respecto.
Armando Chi explicó que la gente del campo cultiva sus milpas en áreas dispersas en lugar de zonas compactas. Por lo tanto, cuando los estos animales ingresan en los campos de maíz pueden dañar la cosecha en menos de una semana.
El promotor sugiere que una posible solución para proteger la producción de maíz de los campesinos sería que trabajaran en un área compacta, como abrir un terreno mecanizado de unas 60 hectáreas y asignar una hectárea a cada productor.
También señaló que los tejones siempre han entrado en las milpas para comer el elote, pero antes no eran tan numerosos, ya que en el monte había suficientes frutos para su alimentación, como el zapote, el ramón y muchos otros. Sin embargo, ahora que esos árboles se han quemado debido a los incendios forestales, por lo que manadas de hasta 100 animales ingresan a las milpas y se comen el elote en menos de una semana, si el dueño de la milpa no está atento para ahuyentarlos.
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HS