Rosario del Carmen Ay Cupul vive un calvario por negligencia y abuso de poder de su exesposo, autoridades del DIF, Juzgado Familiar y delegado de Valladolid Nuevo.
Padece depresión severa, luego de múltiples violaciones de su exesposo, Armando Cano Cupul, así como de la retención de sus cinco hijos por parte del Grupo Especial de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género (Geavig) desde mayo de este año, sin justificación alguna.
Rosario, residente de Valladolid Nuevo, en el municipio de Lázaro Cárdenas, ha denunciado en reiteradas ocasiones que las autoridades del DIF en Kantunilkín, le arrebataron a sus cinco hijos, de 17, 14, 7, 5 y 3 años de edad, sin justificación alguna, cuando acudió para que la apoyaran con una despensa.
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De acuerdo con lo que ha denunciado incluso en Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer y por Razones de Género, en la Región 94 de Cancún, el padre de sus hijos, en compañía de autoridades del DIF le arrebató a los cinco menores, presuntamente debido a que trabaja en un bar y no es apta para cuidar de ellos.
Apoyada por un galeno y un abogado que le asesoran, que prefirieron omitir sus nombres a fin de evitar represalias en sus respectivos trabajos, afirman que son falsas acusaciones, que incluso la han tachado de loca, y que desde mayo a la fecha no ha podido ver a sus hijos.
Rosario se enteró que uno de sus hijos, el de 14 años, huyó de las instalaciones del DIF en Kantunilkín desde los primeros días que “los resguardaron”, pero ahora no sabe en dónde están los otros cuatro, pues según las autoridades de la dependencia, ya no están en sus instalaciones.
La madre de familia sin saber leer y escribir, denunció que incluso el DIF en Kantunilkín le hizo firmar un documento sin explicarle qué contenía dicho oficio.
Por la violencia que ha vivido desde 2015, cuando se separó del padre de sus hijos, levantó una denuncia que comprende el número de investigación 051 / 2019 en el juzgado oral de la familia.
Desde principios de noviembre, se “extraviaron” los menores Felipe Maximiliano y Rudy Guadalupe, de apellidos Cano Ay, de cinco y tres años de edad.
En medio de todo este drama, Rosario tiene que pasar ahora por un nuevo estudio sicológico, que le harán en el trascurso de esta semana, además tendrá que asistir a una audiencia en el Juzgado Familiar de Kantunilkín para darle seguimiento a su caso. Eso sí, aun desconociendo el paradero de sus hijos.
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AT