El corazón le dio un vuelco cuando apenas visualizó dos diminutas siluetas en medio de la oscuridad. Sin pensarlo se incorporó y corrió hacia el chofer para pedirle, con un grito de desesperación, que detuviera el camión.
Mientras descendía apresuradamente por los escalones del autobús de segunda clase, estacionado en un pueblo de Yucatán, le pedía a Dios por un milagro para que aparecieran sus hijos, perdidos hace meses.
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¿Sería posible que después de tanto sufrimiento hubiera un momento de felicidad?, ¿podría haber para este corazón y cuerpo lastimado por los golpes y abuso sexual un bálsamo de justicia y amor?
Rosario Ay Cupul, una mujer de 41 años, ha tenido una vida trágica. Se casó profundamente enamorada, con el hombre que creyó era el amor de su vida; pero que se volvió un monstruo y al paso de un breve tiempo la golpeó, violó, abandonó y le quitó a sus hijos.
Todo esto pasó por su mente mientras recorría los metros hacia la casucha abandonada, en medio de la oscuridad en el poblado Kanxoc, Yucatán, lejos de su hogar.
Rosario era muy joven cuando en su natal Valladolid Nuevo decidió casarse con Armando. Los primeros meses fueron felices, tuvieron tres hijos. Después, todo se convirtió en un infierno. Golpes, engaños y maltrato, aún bajo las miradas inocentes de los niños.
Avanzó sobre la calle, trastabillando por lo oscuro que estaba, pero sin perder de vista a esas pequeñas figuras que le hacían pensar la remota posibilidad que pudieran ser sus hijos.
Son cinco niños que le fueron arrebatados desde abril pasado, con la presunta complicidad del exesposo, de las autoridades de Valladolid Nuevo y los parientes en el DIF del Presidente Municipal de Lázaro Cárdenas, Emir Bellos Tun.
Hoy podría tener un poco de serenidad en su corazón si esos dos niños que logra distinguir cuando da unos pasos más, pudieran ser sus hijos.
Para Rosario la vida no ha sido nada fácil, en especial desde el 2015, cuando la abandonó el padre de sus hijos. Sin saber leer ni escribir, sin trabajo y con cinco niños pequeños, empezó a buscar alternativas para contar con un plato de comida en la mesa, para comprarles ropa y para pagar servicios.
Es así que acepta ir a trabajar, como muchos, a un hotel de la Riviera Maya, mientras su hermana y familia la apoyan en el cuidado de sus pequeños, lo que no gustó a su exmarido, quien buscó vengarse.
Hoy, ese pasado le hace pensar que debe ser más certera, más audaz y evitar confiar en cualquier persona. En especial hoy que anhela encontrar y tener con ella a sus cinco hijos.
Rosario piensa todo esto en una fracción de segundos, mientras su cabeza le pide guardar calma, calmar a su corazón que con cada paso se acelera más.
Recuerda la negligencia del Grupo Especial de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género (Geavig), cuando fue por sus hijos. Las caras de los representantes del DIF de Lázaro Cárdenas, las vueltas y vueltas que ha tenido que dar a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer y por Razones de Género, en la Región 94 de Cancún, a dar seguimiento a sus denuncias.
Todo eso bien vale la pena por recuperar un poco de paz, pero en especial a sus hijos de tres, cinco, siete, 14 y 17 años, a quienes no ve ni escucha desde abril, porque tampoco se lo permiten en el DIF, contrario al padre de éstos, quien tiene la libertad de acudir los sábado y domingos para estar con ellos. Pero eso no ha ocurrido, porque ni siquiera le importó la desaparición de tres de ellos.
Rosario, al fin descubre que esas dos pequeñas siluetas sucias, con ropa rota, con golpes en las caritas, son sus amados a Rudy y Felipe, de apenas tres y siete años, que al reconocerla lloran junto con ella, en un abrazo de reencuentro y de un poco de esperanza.
El camino para Rosario no es poco, aún sigue en la búsqueda de Ángel, y de sus otros dos adorados hijos, pese a luchar contra la adversidad, la indolencia de la autoridad, estatal, municipal y de todos los niveles que pregonan que son luchadores de la violencia contra las mujeres y los niños.
Las denuncias en la Fiscalía Especializada para la Atención contra la Libertad Sexual, el Libre Desarrollo de la Personalidad, están asentadas en la carpeta de investigación FGE/QROO/CAN/FEDCLSLYDP/11/1145/ 2023 y con número de caso FGE/QR/BJ/11/23877/2023.
La madre de familia ya acudió a las oficinas del Instituto Quintanarroense de la Mujer para que dé a conocer al Departamento Jurídico y Psicológico la situación está viviendo, todo por ser una humilde mujer que carece de estudios y que vive sola en Valladolid Nuevo.
Ay Cupul presentó documentos firmados por Jennifer Paola Luckword Palma, Secretaria de Estudios, y cuenta en Funciones de Juez de Instrucción Familiar y Civil Penal adscrita al Juzgado Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de Lázaro Cárdenas, que supuestamente favoreció al padre de sus hijos.
Falta un largo camino por recorrer y Rosario sabe que no debe dar tregua.
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HS