En Cozumelhay una sobrepoblación de boas, serpientes no venenosas, pero consideradas peligrosas para la fauna local, especialmente para las aves y mamíferos como el mapache, el mapache enano, el coatí y otras especies que podrían estar en riesgo de disminuir su población.
Después de asegurar una boa constrictora de aproximadamente dos metros de longitud, que merodeaba y amenazaba a las especies de la isla cerca de un rancho en el lado Norte, el biólogo Germán Yáñez Mendoza enfatizó la importancia de preservar todos los recursos naturales de la isla, especialmente las especies consideradas en peligro de extinción. “En este caso, retiramos una especie invasora que, al no tener depredadores naturales, pone en peligro a una cantidad significativa de fauna local”, explicó.
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Detalló que la captura de esta boa fue posible gracias al trabajo coordinado entre el Centro de Conservación Ambiental, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el Centro de Interpretación Ambiental de la Fundación de Parques y Museos de Cozumel (FPMC). Se recibió un informe sobre la presencia de este animal en el rancho “Chichihualco”, ubicado en la zona Norte de Cozumel. El personal llegó al lugar y procedió a capturar a esta boa macho de casi 1.80 metros de longitud, con un peso estimado de casi tres kilogramos.
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Germán Yáñez agregó que “siguiendo los protocolos establecidos, se informó a la Profepa y a la Dirección de Medio Ambiente del municipio de Solidaridad. Se coordinaron los esfuerzos para enviar a esta especie a Playa del Carmen, donde fue liberada en su hábitat natural”.
El texto Vertebrados Terrestres de la Isla de Cozumel, Quintana Roo, de A. Alamillo-Paredes, A. González-Romero y O. Jiménez-Orosio, editado por CEMIE-Océano, Instituto de Ecología A.C., la Facultad Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California, la Universidad Autónoma de Campeche y el Instituto de Ecología, Pesquerías y Oceanografía del Golfo de México (Epomex), indica que “cotidianamente los frágiles ecosistemas insulares se ven amenazados por actividades antropogénicas que llevan a la introducción de especies no nativas. Tal es el caso de la especie de Boa constrictor introducida en Cozumel en el año de 1971, la cual, a pesar de ser nativa de México, se ha considerado invasora y para el 2011 se reportaba que era la especie de vertebrado terrestre más abundante y mejor distribuido en la isla, lo cual representa una amenaza verdadera como depredador de la fauna nativa en un ecosistema insular sumamente vulnerable”.
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NR