El crecimiento de la ciudad, pero particularmente la alarmante inseguridad, ha provocado que “El Corazón de Cancún”, como se le conocía hace algunas décadas a la avenida Yaxchilán, hoy esté a punto de desaparecer. Negocios cerrados, grafiteados y hasta abandonados, es lo que se observa al transitar por ella, y solamente el restaurante La Parrilla y la Farmacia De Francia, sobreviven luego de 48 años.
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Algunos lugares como La Placita, el Canta Canta o Los Arcos, cerraron sus puertas quizá para siempre, mientras que otros, como La Taberna, o incluso la CROC, cambiaron hace algún tiempo sus rumbos por la creciente inseguridad de la zona, donde camina poca gente, que en su mayoría van a las oficinas de Aguakan o a la Farmacia París, y por la zona apenas se ven algunos puestos de comida o nieves, pero con muy poca gente circulando por la otrora icónica Yaxchilán.
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El propietario de la primera farmacia de Cancún, Julio Molina, explicó que cuando llegaron a ese sitio sólo estaba La Parrilla, con un pequeño local, y son los únicos de aquella época que quedan.
Sobre la situación actual de la Yaxchilán, el empresario dijo que tanto el crecimiento de la ciudad, como la inseguridad, han provocado que se vayan cerrando o cambiando algunos negocios.
“Este era el Centro de Cancún. Había muchos restaurantes, bares y centros de entretenimiento. La inseguridad los alejó. Creo que después de Wilma, la Yaxchilán comenzó a decaer. La primera avenida en quedar lista fue ésta. Nosotros abrimos dos días después del huracán, porque la gente nos los pedía”, señaló.
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AT