Aunque ya han sido inaugurados los primeros cuatro tramos del Tren Maya, la llegada de trabajadores para incorporarse a las obras continúa incesante. Tal es el caso de un grupo de cuatro técnicos eléctricos y herreros que arribaron este fin de semana al Aeropuerto de Cancún, subcontratados por una empresa que presta servicios en el tramo 5 Norte, a cargo del Ejército.
Tuvieron que caminar desde la terminal 2 hasta el boulevard Colosio, es decir, alrededor de tres kilómetros bajo el rayo del sol y cargando sus pesadas herramientas debido a que el subcontratista que los mandó traer desde Toluca, Estado de México, les quedó mal con la transportación terrestre hasta su nuevo centro de trabajo en algún punto del tramo 5 Norte.
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No se les veía molestos por el inconveniente, todo lo contrario. Se veían impacientes por arribar a laborar, pues les prometieron buena paga e incluso hospedaje.
Sus habilidades los pondrán en contacto directo con la colocación de los rieles y las instalaciones eléctricas del también llamado Jaguar Rodante, del que sólo habían oído hablar en las noticias.
Al provenir del clima frío de Toluca, se notaban agobiados por el calor y la humedad del Caribe mexicano, sobre todo por la larga caminata desde la terminal 2 hasta la carretera hacia Playa del Carmen.
También se notaban preocupados por no conocer el punto exacto donde debían descender de su transporte para ponerse en contacto con su contratista, pues sólo tenían un número telefónico con el cual se mensajeaban vía Whatsapp, pero desde la última comunicación antes de abordar su vuelo no habían vuelto a tener respuesta de esa persona.
Para los contratistas se trata sólo de cuatro plazas más por cubrir, como parte de un interminable ir y venir de puestos y cargos que sigue demandando el Tren Maya, el cual ya supera los 100,000 puestos de trabajo generados, pero que seguirá requiriendo de más trabajadores, pues aunque el proyecto pretende ser inaugurado en febrero próximo, los trabajos no concluirán ahí, debido a que lo tal como ha ocurrido en las obras ya inauguradas, éstas se encuentran inconclusas y no se encuentran operativas al 100%.
Es así como el caso de estos cuatro trabajadores se suma a una infinita cadena de historias de vida, todas relacionadas con este proyecto federal, el cual ya está modificando la dinámica de vida de miles de personas, desde quienes vienen por primera vez al Caribe mexicano, hasta quienes ya viven aquí y en muchos casos agradecen las fuentes y oportunidades económicas que esto generará, aunque muchos otros también cuestionan el impacto ambiental de la obra.
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HS