Por temor a que al documento solicitado por el Alcalde de la Villa de Dziuché para que actualice los papeles del predio donde se encuentra el edificio de la Alcaldía se le dé mal uso, una vez que esté en poder de las autoridades, el ejido determinó no entregarlo a esa autoridad, informó Ángel Cumí, asesor del núcleo agrario.
El documento, expuso, es una minuta de la asamblea, firmada por todos los ejidatarios y que servirá para que se legitime la posesión del predio donde se encuentra el edificio de la Alcaldía y con ello, se pueda invertir en el lugar.
En el 2022, el Cabildo aprobó la construcción de un nuevo edificio para la Alcaldía, incluso se presentó el proyecto; sin embargo, no se hizo realidad, porque el ejido no dio el documento que necesita el Alcalde para avalar la posesión del terreno.
El año pasado, no se autorizaron recursos para la construcción, porque el ejido se negó a darle al Alcalde el documento que ha solicitado desde el 2022.
Ángel Cumí indicó que el ejido no quiera nada que venga del Gobierno, porque ya se dieron cuenta que en todas partes pretende trabajar con organismos que han apoyado al mismo Gobierno a despojar a los núcleos agrarios de sus tierras.
Por lo mismo, apuntó, tampoco se va ofrecer documento que venga del ejido a las autoridades civiles, porque pueden hacer mal uso de ello y luego puede salir a decir que Dziuché avala tal o cualquier programa o proyecto impulsado por el Gobierno.
Recordó que en el 2009 se intentó consumar un despojo al ejido; pero, afortunadamente, los ejidatarios se dieron cuenta a tiempo y actuaron en su oportunidad para evitar que se consuma.
Ese intento de despojo, según Angel Cumí, fue cuando el Gobierno del Estado intentó crear un Área Natural Protegida en la laguna Chinchankanaab.
Desde entonces, insistió en señalar que el ejido no quiere nada que venga del Gobierno, porque ya se dieron cuenta que quieren despojar de las bellezas naturales que tienen en el núcleo agrario para venderlas a los extranjeros, bajo el argumento de que quieren promover el turismo en las comunidades mayas, pero expresó que no es así, y el ejemplo más claro es Kantemó.
Explico que Kantemó está trabajando desde hace más de 10 años bajo la marca Maya Kaan, pero el pueblo sigue igual “de jodido”, porque todo lo que deja el turismo que lleva para ver las serpientes colgantes, se queda en otras manos, concluyó.
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HS