El presidente Andrés Manuel López Obrador se manifestó a favor de la posibilidad de rescatar el Auditorio del Bienestar, construido durante el gobierno del exgobernador Roberto Borge, pero que está inutilizado por tener fallas estructurales.
Aunque en diversos medios se difundió que el Presidente habría sugerido que se elabore un nuevo dictamen estructural al inmueble, en realidad, sólo se refirió a que van a investigar los dictámenes ya existentes para determinar si el edificio puede usarse o ser demolido para aprovechar el terreno.
“Escuché la opinión de un constructor que decía que había que demolerlo porque tenía daños estructurales, un poco lo que pasa en un auditorio acá, por Ecatepec, que hicieron también enorme y que tiene daños estructurales; además de que es una obra faraónica, costosísima, tiene daños estructurales. Pero ahí Mara habló de que podía rescatarse, que sí podía rescatarse y que no tenía daños estructurales; habría que ver”.
“Entonces, eso es lo más importante, que se le dé un uso, porque a lo mejor también por eso no lo usaban, porque si el dictamen es que hay un daño estructural, pues no se puede permitir que se celebre ningún evento. Vamos a investigar”.
“Pero sí sería bueno que se habilitara, que tuviese una utilidad. Y si no se puede recuperar por los daños estructurales, pues demolerlo y utilizar el terreno porque está ubicado en un sitio estratégico, es en la avenida Colosio, que acabamos de rehabilitar”, expuso el mandatario.
Un poco de historia
El 7 de septiembre del 2014, el entonces gobernador Roberto Borge Angulo, funcionarios de su administración, diputados del PRI, del Verde y el entonces presidente municipal en Benito Juárez, Paul Carrillo de Cáceres, acudieron a la colocación de la primera piedra del Auditorio del Bienestar, anunciado como la obra cumbre para espectáculos de talla mundial que le hacía falta a Cancún para entrar al mundo de los grandes shows internacionales.
Para su construcción se destinaron 244 millones de pesos, el tiempo de ejecución proyectado fue de 210 días -es decir, siete meses- y la capacidad máxima de asistentes sería de 12,000 personas.
El 24 de febrero del 2015 al acudir a la supervisión de la obra, el mandatario estatal informó que la construcción del auditorio estaba en la etapa de acabados y acondicionamiento. En esa fecha tenía un avance de 75 por ciento.
De acuerdo con los plazos fijados por el propio Gobierno, en abril del 2015 debió estar concluida la obra. Pero en junio, en otra visita de inspección, se informó que llevaba un avance de 98 por ciento.
Pese al entonces retraso de dos meses, el Gobierno aseguró que el auditorio sería inaugurado en breve. A la postre el edificio fue inaugurado, pero nunca se pudo utilizar.
A principios de administración de Carlos Joaquín se anunció que el inmueble se entregó inservible sin posibilidades de ser aprovechado, por lo que sería rehabilitado, lo cual nunca sucedió en esa administración.
Durante la administración joaquinista, se realizaron cuatro auditorías que derivaron cinco observaciones, de las cuales tres fueron solventadas por la entidad fiscalizada, mientras que las dos restantes derivaron en 2 recomendaciones y 2 promociones de responsabilidad administrativa sancionatoria.
Una de las dos observaciones no acreditadas por el Gobierno de Borge Angulo tiene que ver con el hecho de que no acreditaron contar con las licencias ni permisos de la obra, además de que tampoco tramitó la correspondiente Manifestación de Impacto Ambiental.
La ASF determinó que “no se comprobó ni fundamentó lo expuesto mediante la documentación emitida por autoridad competente que ratifique lo manifestado en este sentido”.
En la segunda observación la ASF señala que el inmueble no cuenta con un área de estacionamiento, “no obstante que en el expediente único presentado por la entidad fiscalizada el proyecto incluye la construcción de un estacionamiento con capacidad de 4 mil vehículos y 20 autobuses.
También se constató que, aun cuando la entidad fiscalizada manifestó que la obra fue concluida en marzo de 2015, al mes de agosto del mismo año no se encontraba operando ni se había efectuado la entrega a la instancia correspondiente, lo que generó un gasto extraordinario del área ejecutora en el mantenimiento del inmueble y, por consiguiente, incidió negativamente en el cumplimiento de los objetivos para los cuales fue construido el auditorio.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
HS