El derroche de recursos públicos en obras no prioritarias y mal planeadas, solo para justificar el presupuesto, continúa complicando más la vialidad, destruyendo guarniciones, quitando lugares para estacionarse. Un claro ejemplo es la avenida Náder, donde las nuevas “Orejas de Elefante” no han sido terminadas y han sufrido los embates de los automovilistas, quienes son los más perjudicados, dañando sus llantas y generando malestar entre los conductores que no entienden el sentido de esa obra ocurrente.
En lugar de ofrecer soluciones, únicamente perjudica; mientras tanto, banquetas o calles de distintos puntos de la ciudad que realmente necesitan ser rehabilitadas, siguen cada vez más destrozadas.
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Lo mismo ocurre en la avenida Nichupté, a donde desde la semana pasada llegaron con maquinaria para “reparar” la vialidad, con la que rasparon parte de la cinta asfáltica, generando un verdadero caos, pues además es una de las arterias más transitadas de la ciudad.
Todo esto se da a pocos días de que inicien las campañas políticas, donde las autoridades municipales continúan dejando de lado las obras que deberían ser obligatorias en las regiones o en las zonas irregulares, lugares donde los candidatos con enorme cinismo buscarán votantes.
A lo largo de 36 calles de la avenida Náder y diferentes calles de la Zona Fundacional de la ciudad, a alguien se le ocurrió destruir las banquetas para rehacerlas, quitando espacios para estacionamiento. Lo que en un principio no parecía una idea tan mala, ahora que se distingue más lo que se está haciendo, parece una locura que ya ha provocado que varios automovilistas se suban a esas banquetas nuevas dañándolas y dañando sus llantas.
Parecen guarniciones “fantasma” que sobresalen de la calle y además están diseñadas para quitar más lugares de estacionamiento, que era el principal problema de la zona y que sin duda se agudizará.
Ninguno de los automovilistas a los que se les preguntó sobre esas banquetas, lunetas o como se llamen, supo entender el motivo de hacerlas de esa forma. La única conclusión lógica a la que llegaron luego de pensar unos segundos es que solo son “remedios” para justificar gastos en obra pública, pero que lejos de solucionar, perjudican aún más la vialidad, destruyendo calles y evitando que los automovilistas se estacionen.
Es importante mencionar que la idea original era hacer un Sistema Integral de Señalética, con tótems, reductores de velocidad, cebras incluyentes, orejas y rampas urbanas, que también tienen la especificación para facilitar el traslado y acceso de personas con movilidad reducida.
Sin embargo, lo que se ve ahora no parece facilitar en gran medida el tema de la movilidad y, en la zona, seguramente habrá cuellos de botella todos los días y a todas horas debido a lo transitada que es.
“Que ocupen ese dinero en obras que sí sean necesarias. Hay muchas regiones y avenidas que están hechas pedazos. Que se invierta el dinero ahí, no en el centro. Vaya a las regiones sesentas, a las setentas, a las noventas, a las que quiera y vea las condiciones de las calles. En la misma Andrés Quintana Roo, entre la Kinik y la Tepich, hay una calle completamente rota que lleva años así y seguirá así. O en el ADO, y ya no le digo que vaya a las zonas irregulares, donde no hacen obra porque para esas colonias no hay dinero. Pero que ya en campañas, ahí sí vale la gente, pero solo para el día de elecciones”, coincidieron ciudadanos entrevistados. La inversión de poco más de 90 millones de pesos contempla cuatro proyectos simultáneos que se inaugurarán en el transcurso del 2024.
En la avenida Nichupté los trabajos complicaron el tránsito vehicular, los conductores molestos no creían lo que ocurría, señalaban que los trabajos que se realizan desde la avenida 135 rumbo a la López Portillo no eran necesarios, sólo estaban maquillando la vialidad, mientras que a pocos metros, en las calles de la Región 96, los trabajos de repavimentación se mantienen parados, con las calles rotas, que es donde deberían estar laborando.
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HS