El personal del Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo) de la Delegación Benito Juárez sigue de vacaciones. A pesar del anuncio realizado el 21 de diciembre, que indicaba que en enero comenzarían los operativos de supervisión en paraderos de combis, como es costumbre, no cumplieron y brillaron por su ausencia.
Por Esto! realizó recorridos por los principales paraderos de combis y taxis de Cancún y no se encontró en ningún momento al personal del Instituto llevando a cabo sus labores de verificación, como asegurar que las combis no estén llenas o que los taxis viejos y en mal estado sean al menos amonestados, como lo había anunciado su Director, Rodrigo Alcázar. Incluso se visitaron las oficinas de la Delegación en Cancún, en la calle Alcatraz, de la Supermanzana 22, y se les solicitó una audiencia, pero se indicó que debería gestionarse en Chetumal, donde está la base central.
El Instituto ha estado notablemente ausente desde su creación en 2016, con la función principal de garantizar “el derecho humano a la movilidad de las personas y colectividades que habitan en el Estado de Quintana Roo”. A pesar de sus fundamentos básicos y la promesa de establecer bases y directrices para planificar, regular y gestionar la movilidad, no ha cumplido con estas expectativas en todos estos años.
Incluso antes de la gestión de Alcázar, hubo señalamientos de presunta corrupción con el titular anterior, Jorge Pérez Pérez. La función original del Instituto se distorsionó hasta el punto de que ahora están más enfocados en expedir licencias en todo el Estado, con la expectativa de una recaudación jugosa. Al ingresar a su página web, queda claro que su objetivo principal está relacionado con la expedición de licencias, en lugar de llevar a cabo operativos o estrategias para mejorar la movilidad en una ciudad tan caótica como Cancún.
El caos registrado en paraderos como el de Plaza Las Américas y sobre gran parte de la avenida Tulum, hasta la zona de la Supermanzana 64, es abrumador. Decenas de personas buscan un espacio en combis repletas e ineficientes, siendo esta la grotesca imagen cotidiana en la ciudad, donde la única ley que impera es la de la selva.
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AT