Los comerciantes del centro de la ciudad, como Jaime Esteban, señalaron que las compras por la campaña Buen Fin se ven mínimamente reflejadas en los pequeños establecimientos, lo cual tan solo representa del 10 al 15 por ciento de las operaciones.
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Con la llegada del mes de noviembre, el comerciante mencionó que la única fuente de ingreso económico que les servirá para respirar es el Buen Fin, porque la gente es cuando se anima a salir y piensa en adquirir productos.
Pero el vendedor fue muy claro al decir que los productos que compra el ciudadano a pie solo son los básicos, entre calzado que sirve para que sus hijos vayan a la escuela hasta la adquisición de tecnología, como celulares y computadoras.
"Los celulares y todo lo que tenga que ver con el uso de la tecnología ya son productos de primera necesidad, que la gente requiere, por eso los establecimientos pueden manejar algún crédito y la gente se anima porque es una necesidad", dijo.
En cuanto a los locales que tienen artículos que no son electrónicos, electrodomésticos y que están vendiendo ropa o novedades, las ganancias son pocas.
Mientras tanto, en plazas comerciales se ha reactivado la economía, que justo coincide con la primera quincena de noviembre, lo cual sí está generando ventas, dijo la expendedora Liliana Bello.
La vendedora comentó que las grandes cadenas logran amarrar las ventas de muchos productos que están en su stock.
"En realidad, algunos comerciantes dan la rebaja de prendas que necesitan que salgan a la venta, pero es cuestión de que la gente se fije en lo que está comprando porque no quiere decir que adquieras calidad, ya que es cuando más rápido se trata de vender algo que está rayado, sucio o con alguna fisura", dijo.
En cuanto a las ofertas, se pudo observar que las tiendas comerciales están ofreciendo desde el 20 por ciento en adelante. Siendo la venta a meses sin intereses lo que más sirve de gancho.
Deysi Aristeo, que es una madre de familia, comentó que en cierta medida hay un sentido de compra compulsiva de algunas personas.
"Muchos creen que hay ofertas y yo no lo veo así, porque solo le suben el precio a las cosas y luego le quitan lo que les conviene, luego no hay certeza de que realmente compres más barato", señaló.
Deysi Aristeo indicó que la conveniencia de la gente es aplicar plazos que no tengan intereses y que los abonos no perjudiquen a los usuarios, porque si la venta a crédito no existiera, las familias no podrían comprar. "Hay prendas que no son necesarias, como una cadena de oro, pero el monto del descuento solo es de 200 pesos y el precio que te queda a pagar es de 2 mil pesos, todavía no lo puedo pagar.
Entonces, a menos que sea un sofá de 5,999.00, que es siempre como te venden las cosas con esta terminación de 99.00 pesos, que realmente sale en 6 mil pesos, es lo que la gente considera adquirir, porque a los electrodomésticos y artículos grandes siento yo que sí se consigue un menor valor a cuando uno lo encuentra hasta en 10 mil pesos. Son los descuentos del 45 o 50 por ciento que se pueden aprovechar, pero obviamente no lo aplican en todo", finalizó.