Hasta 2 mil pesos en promedio desembolsarán las familias para celebrar la cena de Navidad el próximo martes, con una modesta comida en donde no entran los juguetes y la ropa de estreno para los hijos, señalaron habitantes de la cabecera y comunidades vecinas, quienes externaron que ya no existe presupuesto económico que alcance desde el paso de la pandemia por COVID-19.
Quienes han cobrado sus becas de programas federales han pagado deudas y adquirido alguna prenda o uniforme del ciclo escolar vigente, de modo que la cena de Navidad no está en el menú del 24 de diciembre, en contraste hay familias que celebrarán a lo grande esta fecha, con cena, música y regalos, siendo una minoría como cada año.
Habitantes encuestados señalaron que las fiestas navideñas no son igual para todos, quienes pueden costearse los gastos harán fiesta, en tanto que hay personas que dependen del ingreso diario por lo que será como un día cualquiera, luchando por llevar el sustento a sus hogares y tener un plato de comida en la mesa.
Helmert Pech, habitante de Kantunilkín, sostuvo que para una cena de Navidad suelen invertir entre mil 500 y 2 mil pesos, haciendo los gastos más económicos para tener un convivio familiar ameno, sin tantos lujos, hasta donde lo permite la economía, lo importante es estar reunidos.
Añadió que festejan en casa de sus padres, donde se dan los mensajes navideños y se agradece al niño Jesús las bendiciones recibidas durante el año y por permitir la reunión familiar, para después cenar y luego bailar o participar en el karaoke, que se hace con el equipo de sonido de la casa.
Beatriz, habitante de La Esperanza, dijo que en esta localidad las familias suelen reunirse y dividir los gastos; preparan tamales, algunos platillos como espagueti o sopa fría, así como antojitos regionales, entre otras comidas que suelen prepararse para celebrar esta fecha, sin tener lujos o estrenos.
Comentó que en la cena se aporta lo que se puede y por lo general se sacrifica un pollo, pavo o cerdo de los que se crían en casa, aseguró que la falta de recursos les impide estrenar ropa o comprar juguetes para los hijos, por lo que dependen de las autoridades o grupos altruistas que llegan a regalar juguetes para los niños.
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Manuel Oil, de Valladolid Nuevo, expuso que en esta zona las familias cobraron los apoyos del Gobierno federal como becas escolares, para adultos mayores y personas discapacitadas, recursos que han invertido en el pago de deudas o para el sustento de la familia; son muy pocos los que han ahorrado para la cena de Navidad, la gran parte a duras penas tendrá para una comida sencilla ese día, como en cualquier otro de la semana.
Externó que en la zona sur hay familias que no celebran la Navidad, no por no creer en el nacimiento del Niño Dios, sino debido a la carencia de recursos económicos, es un día como cualquier otro, debido a que no se han recuperado desde la pandemia por COVID-19.
Carla Pech sostuvo que antes solían celebrar con música y un convivio, pero la crisis sanitaria en la que fallecieron familiares, en fechas cercanas a la Navidad, genera desánimo y sólo celebran el nacimiento del Niño Dios, le dan gracias por la salud, cenan un poco de espagueti o tamales y enseguida se van a dormir, ya que la nostalgia los invade y prefieren irse a descansar.