A una semana de concluir la temporada de captura de langosta, los socios de las cinco cooperativas de Isla Mujeres celebran una buena pesca de esta preciada especie. Gracias a los últimos vientos del Norte, se espera que la producción alcance más de 60 toneladas durante los ocho meses de arduo trabajo marino.
Las trampas han sido especialmente efectivas, colmadas de langostas que pronto llegarán a los platos de los restaurantes locales y otros destinos en el Caribe Mexicano, así como en el mercado de exportación. Además, los buzos han informado de una excelente claridad en el lecho marino después los efectos del Frente Frío 35, lo que les ha permitido realizar su labor con eficacia utilizando aire comprimido desde la superficie en la mayoría de los casos.
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Con embarcaciones que traen entre 20 y 30 kilogramos de langosta, junto con otros productos marinos como escama (a excepción del mero, que está en veda), la temporada ha sido generosa en términos económicos para los pescadores. Algunos incluso han logrado capturar más de 50 kilos, especialmente aquellos que emplean trampas. Sin embargo, estos ingresos serán destinados en su mayoría a cubrir deudas y ahorros para enfrentar los cuatro meses siguientes, en los que la labor pesquera se detiene en muchos casos.
A pesar de las buenas noticias, persisten preocupaciones entre algunos socios. El panorama económico mundial, con señales de declive, y la incertidumbre en los mercados europeo y asiático, sugieren una demanda reducida durante la próxima temporada de comercialización, que iniciará el 1º de julio tras cuatro meses de veda a partir del 1º de marzo.
En lo que respecta a los apoyos, si bien se está brindando respaldo económico y alimenticio a los pescadores cada bimestre, las necesidades de infraestructura no pueden ser ignoradas. Se demanda la renovación de los muelles de las cooperativas Isla Blanca y Makax, así como la reposición de alrededor de 30 motores fuera de borda y 10 lanchas en promedio. Se aguarda una nueva coordinación entre los tres niveles de gobierno para reactivar programas de renovación de la flota pesquera y sus implementos, sin olvidar la posibilidad de retomar proyectos de acuacultura, como el cultivo y crecimiento de pez cobia, que quedaron suspendidos en 2011 debido a litigios sobre zonas federales.
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AT