Pese a que el Malecón Tajamar es cosa juzgada, al menos en materia ambiental, los propietarios de terrenos dentro del malogrado proyecto inmobiliario, ubicado en el centro de esta ciudad, no pretenden darse por vencidos ni dar por perdidas sus inversiones.
Se encuentran organizando una petición conjunta dirigida al Gobierno Federal en la que solicitarán que se destrabe este proyecto planificado, urbanizado, lotificado y comercializado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
De acuerdo con los empresarios, el Malecón Tajamar tiene autorizadas un total de 2 mil 583 unidades de negocios, y una vocación de suelo con usos mixtos, es decir, se podrían construir desde hospitales, hoteles, edificios de oficinas y centros comerciales, hasta viviendas, e incluso, estuvo contemplada la Basílica de Cancún.
Añadieron que pese al amparo que canceló este proyecto de un plumazo, en 2017, en los distintos programas de desarrollo urbano (PDU) que han estado vigentes en Cancún desde entonces, Malecón Tajamar ha conservado su vocación de espacio urbano, puesto que ya está atravesado por avenidas e infraestructura que lo hacen un espacio ya impactado.
Escenario adverso
En caso que no haya salida satisfactoria para los empresarios que adquirieron terrenos en el Malecón Tajamar con la esperanza de desarrollar la tierra y ampliar su plusvalía mediante la edificación de distintos negocios, advirtieron que podrían llegar a exigir indemnizaciones que en su conjunto superarían los 6 mil millones de pesos.
Esto es el doble del monto que los directivos del Fonatur aseguraron que le costaría al Gobierno, en el 2016, indemnizar a los propietarios de las 72 hectáreas que conforman todo el complejo que originalmente se llamó Malecón Cancún, pero que por motivos de derecho de autor tuvo que renombrarse Malecón Tajamar.
Si bien, a lo largo de ochos años los 22 propietarios de terrenos al interior de Malecón Tajamar se han mantenido al margen, sin reclamar pagos indemnizatorios, a partir de este 2024 la situación va a cambiar radicalmente, puesto que se ha puesto en marcha lo que parece la desaparición de esta entidad dependiente de la Secretaría de Turismo federal.
En noviembre de 2023 se hizo oficial el traspaso de sus funciones de mantenimiento de la Zona Hotelera de Cancún al Gobierno de Quintana Roo, y finalmente se anunció el remate de su reserva territorial mediante licitaciones enormes de más de 300 lotes puestos a la venta en una sola exhibición.
Ello ha alertado a los dueños de terrenos en Malecón Tajamar, sobre una eventual extinción del fideicomiso que da vida a Fonatur y la imposibilidad de recibir un pago indemnizatorio de esta dependencia, en caso que finalmente desaparezca.
Por lo tanto, dicha incertidumbre obliga a los empresarios a buscar una solución como sociedad civil, convocando a cámaras empresariales como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) del Caribe, la propia Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), las asociaciones hoteleras de Cancún y la Riviera Maya, así como la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) a alzar la voz y pedir además del presidente, sino a otras instancias de Gobierno que este proyecto pueda destrabarse y lograr desarrollarse como originalmente fue planificado.
Según el dirigente regional de la AMPI, los más de 25 proyectos inmobiliarios que pueden desarrollarse dentro de las 72 hectáreas que conforman Tajamar podrían generar más de 5 mil empleos directos, y más de 10 mil indirectos, además de una inversión de 15 mil millones de pesos en construcción, sin contar la derrama económica que eso podría detonar en ventas, rentas y demás dinámicas económicas a partir del desarrollo de este espacio en el centro de Cancún.
Han transcurrido ocho años desde que en enero de 2016 las autoridades policiacas escoltaron el ingreso de maquinaria pesada para el desmonte de manglar y selva en el Malecón Tajamar.
Luego de un litigio ambiental protagonizado por los propios cancunenses que en los hechos ya se habían apropiado de ese espacio, el millonario provecto inmobiliario quedó cancelado tras las decisión irrevocable del tercer tribunal colegiado del Poder Judicial Federal, el cual determinó que las autorizaciones ambientales entregadas en 2005 a ese proyecto del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) fueron irregulares y por ende no podía desarrollarse ningún tipo de infraestructura urbana como la que se tenía planeada para ese espacio.
La decisión fue ampliamente celebrada por los sectores sociales que en su momento denunciaron el relleno de manglar y selva, el cual se ejecutó en el Malecón Tajamar la madrugada del 16 de enero de 2016 con el acompañamiento de la Policía Municipal de Cancún, lo cual enardeció aún más el descontento social.
En el documento “Malecón Tajamar, Desarrollo Responsable Apegado a Derecho”, elaborado por el Fonatur, se expone que entre los años 2003 y 2012, el Gobierno Federal invirtió 618 millones de pesos en la urbanización de las 53 hectáreas que conforman todo el complejo, denominado originalmente Malecón Cancún.
También se expone que entre 2006 y 2015 el Fonatur vendió un total de 41 lotes, restando a la fecha aún otros 2 más por comercializar. “De la comercialización de los lotes, Fonatur obtuvo 2 mil 40.7 millones de pesos, que habrán de implicar una derrama económica por 11 mil 563.7 millones de pesos y la creación de 5 mil 166 empleos directos y 10 mil 332 empleos indirectos”, en caso de que Malecón Tajamar hubiese podido ser desarrollado en su totalidad como estaba planeado originalmente.
El Fondo además argumentó que el desarrollo del Malecón Tajamar tendría beneficios indirectos para Cancún, como “el incremento y la diversificación de la oferta inmobiliaria, entrada de divisas por llegada de inversionistas extranjeros, incremento en la afluencia de turistas nacionales y extranjeros, y mayor consumo de servicios turísticos en la zona de influencia”.
El Fonatur también advirtió que la totalidad de los lotes desmontados pertenecen a privados, quienes los adquirieron para desarrollarlos conforme a autorizaciones expedidas por la Semarnat, además de que en pleno ejercicio de sus derechos dichos particulares venían realizando, desde 2006 a 2015 las acciones de chapeo y desmonte en sus respectivos terrenos por cuenta propia.
Cancelación definitiva
La Magistrada del Tercer Tribunal Colegiado de Justicia, del Vigésimo Séptimo Circuito con sede en Cancún, Celina Haidé Avante Juárez, confirmó que el Malecón Tajamar está definitivamente cancelado como consecuencia del fallo de 2017 emitido por esta misma instancia.
El Tribunal fundó su sentencia en los principios de prevención, precaución, responsabilidad y desarrollo sustentable, así como el reconocimiento de derechos colectivos que prevalecen sobre la propiedad privada y es un referente histórico en la lucha por la protección y respeto del medio ambiente, aseguró la magistrada al participar en el 4to Foro Regional “Construyendo Alianzas Mujeres y Medio Ambiente”, que se realizó en el Centro de Convenciones de la zona hotelera de Cancún.
“El caso Tajamar tiene una importancia clave creo yo en el derecho mexicano porque representa un primer logro al menos en Quintana Roo para reconocer que el planeta se está cayendo a pedazos, y que es sumamente importante sobre todo para aquellos que estamos adscritos a paraísos naturales, que tenemos que ver el derecho con perspectiva de prevención, antes de que nos alcance el daño ecológico, porque la salud y la vida de los seres humanos y animales está en peligro”, explicó la magistrada responsable del fallo.
“La sentencia de Tajamar es una sentencia que ha causado ejecutoria, eso significa que es una sentencia definitiva, contra la cual ya no procede ningún recurso, toda vez que se deriva de un recurso de revisión de amparo”, agregó la magistrada.
Lo que queda aún pendiente es que se dé cumplimiento a la sentencia dictada por el tribunal colegiado, es decir, que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) acaté el fallo que la obliga a restituir las cosas a su estado original, es decir, reforestar las 72 hectáreas que conforman la zona conocida como Malecón Tajamar, sin contar las vialidad ni las construcciones ya edificadas hasta antes del fallo, además de abstenerse de emitir nuevos permisos para nuevas construcciones.
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AT