A sus ochenta años de edad, Tiburcio Mex y Yama es uno, o quizá el único que elabora escobas de palma de huano en la cabecera municipal de Lázaro Cárdenas, artefacto que ha sido desplazado por las de plástico de uso común en casi todo el municipio.
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Por recomendaciones médicas, afirmó que no puede acudir al monte y trabajar“como en sus mejores años”, cuando se dedicaba a las labores del campo.
Dijo que aún y cuando recibe el apoyo de sus hijos, decidió elaborar escobas para “no aburrirse en casa” y obtener algunos pesos. Afortunadamente, dijo, su producto tiene demanda.
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Desde la llegada de las escobas de plástico o de raíz, como las conocen algunas amas de casa, la de huano fueron desplazadas, por lo que muchos dejaron de hacerlas por su poca demanda, aunque la situación cambió, pues actualmente hay familias que las están solicitando.
Mex y Yama afirmó que las escobas de palma, además de ser ecológicas, limpian mejor la casa o el patio, razón por la cual se está vendiendo más, ya que las de plástico se deterioran más rápido al utilizarlas en suelo de piedra y tierra.
Mientras elabora una escoba, Tiburcio Mex comentó que cada tres o cuatro días acude a la selva, en la que se adentra poco más de cuatro kilómetros, al Sureste de la ciudad, para cortar la madera que servirá como mango, señalando que casi cualquier tipo de madera funciona, siempre y cuando esté recta y no se doble al secarse.
También aprovecha para cortar el huano para poder elaborar varias escobas; pero el proceso no termina ahí, pues al llegar a su casa tiene que dejar el huano durante al menos tres días al sol para que se vaya secando, lo que permitirá un buen amarre, ya que de elaborarlas con las palmas aún verdes, al secarse el amarre se aflojará y no durará la herramienta.
Dijo que lo mismo pasaba cuando se utilizaba el bejuco y por ello ahora utiliza alambre, el cual se amarra en un pequeño clavo que se coloca en una de las puntas del mando donde se irá colocando el huano, pieza por pieza, para ir reforzándolo para evitar que pueda soltarse.
Explicó que el tiempo de elaboración es de entre 30 y hasta los 45 minutos, y por lo llega a hacer alrededor de cinco escobas al día, de las cuales suele vender una diariamente o una a la semana; pero hay ocasiones en las que puede vender hasta cinco en un sólo pedido, a un precio de 50 pesos la pieza, lo que es más barato que una escoba de plástico.
Tiburcio Mex y Yama señaló que ha aprovechado los cursos que diversas instancias dan a los adultos mayores, por lo que ha aprendido a elaborar también canastas con bejuco e incluso medicinas con hierbas de la zona, mismas que vende para ganarse unos pesos y mantenerse activo en casa, ahora que no puede acudir al ciento por ciento a su milpa.
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AT