Quintana Roo

En Quintana Roo, 9 de cada 10 personas de la comunidad LGBT+ sufren violencia y discriminación

En Quintana Roo hay una población de 96 mil 634 personas que son de la comunidad LGBT+, donde hay casos de quienes sufren violencia, discriminación y rechazo de sus familiares
Socorro Hernández y Noami Hermina, de la comunidad LGBTIAQ+, comparten sus historias / Rodolfo Flores

En la actualidad, la comunidad LGBTIAQ+ ha tenido mayor visibilidad en la sociedad, como personas con derechos al matrimonio, a la Seguridad Social y al cambio de identidad de género, entre otros. Además, tienen mayor presencia en cargos públicos y puestos empresariales, y son reconocidos con gustos y preferencias que se acerquen a su identidad, sin tener que esconderlos.

Sin embargo, para Socorro Hernández y Noami Hermina, quienes pertenecen al 17% de personas, de entre 45 y 60 años de edad, que se identifican con este sector, de la 96 mil 634 que hay en Quintana Roo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), las cosas no fueron tan fáciles y tuvieron que pasar por golpes, abusos, rechazo familiar y discriminación antes de ser aceptadas como son.

Según el Inegi, cuatro de cada 10 personas identifican sus preferencias en la primera infancia, es decir, antes de los siete años, como el caso de Socorro, una mujer de 55 años, quien se identifica como lesbiana, desde los cuatro años mostró su preferencia. Creció en una familia conservadora, por lo que su crianza fue muy tradicional, pero al llegar a la adolescencia le confesó a su mamá lo que sentía y la respuesta fue que estaba confundida y que necesitaba probar lo que era tener una pareja masculina para que se olvidara “de eso”, si es que quería formar una familia.

De acuerdo con el Inegi, en Quintana Roo hay 96 mil 634 personas, entre 45 y 60 años de edad, identificadas con este sector de la sociedad / Rodolfo Flores

Por su juventud e inexperiencia accedió, ante la presión social, a tener una pareja heterosexual, con quien se unió en matrimonio y procreo dos hijos. Fue cuando empezó su lucha de libertad, porque el precio que pagó fue muy alto, porque cuando se embarazó de su segundo hijo, en la década de los 80, comenzó una doble vida.

En ese tiempo fue socorrista de la Cruz Roja y participó en un programa piloto en la Policía para evitar la convivencia con el padre de sus hijos; pero con el paso del tiempo se dio cuenta de que diariamente tomaba un litro de cerveza antes del mediodía, y fue entonces que consideró hablar con la verdad a su cónyuge, quien en ese momento la golpeó. Pasado un tiempo retomó la conversación y acordaron separarse de manera pacífica.

En ese momento, Socorro no quería evidenciar sus preferencias hasta que sus hijos tuvieran 18 años, pero su todavía esposo, por venganza, buscó a una mujer, con quien había tenido una relación sentimental, y expuso el caso ante un Juez, por lo que perdió la custodia de sus hijos por considerarla “amoral”, pues en ese entonces se creía que las personas con preferencias sexuales diferentes no tenían valores para una buena crianza basada en la moral y el respeto en la sociedad, cuando eso no tenía nada que ver, ya que mientras estuvieron a su cargo, los niños no perdían sus clases y todo el tiempo tenían actividades recreativas y deportivas.

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Socorro Hernández, de 55 años, desde los cuatro años se identificó como lesbiana / Rodolfo Flores

Cuando se le ordenó el alejamiento total de sus hijos, y sus familiares y amigos le dieron la espalda, sin una institución que le brindara atención, su salud metal empezó a mermar con ataques de ansiedad y depresión. Además, tuvo que abandonar la casa, quedándose sin un domicilio fijo durante muchos años, lapso en el que sufrió tres veces de abuso sexual, por parte de compañeros y conocidos, por lo que le pasaron los peores pensamientos, como secuestrar a sus niños o asesinar a su expareja, porque no había necesidad de pasar por eso, pero siempre pensó en los estragos que eso les traerían a los menores.

 Hace 23 años llegó a Cancún e inició su rehabilitación en un grupo de Alcohólicos Anónimos. Logró trabajar como mesera en un bar, donde conoció a la que hoy es su esposa. Luego de 15 años, sus hijos la buscaron para saber el motivo del porqué no habían crecido con ella, y desde entonces mantienen una excelente relación, ahora que cada uno tiene su propia familia.

Actualmente, vive con su esposa y considera el matrimonio como un derecho de todos, pero también una gran responsabilidad, ya que por fin puede brindarle a su pareja una estabilidad en todos los sentidos, sin esconder lo que es.

Felizmente casada, se reconcilió con sus dos hijos. / Rodolfo Flores

Agradece que ahora los jóvenes tengan una mayor apertura en el tema y que cada vez la sociedad es más sensible. Dijo que las personas que pertenecen a la comunidad no es por moda, sino por lo que son y sienten, y no tienen que vivir con culpas, miedos o prejuicios.

En Quintana Roo, el 28 de noviembre del 2011 se realizaron los dos primeros enlaces homosexuales en la Entidad, debido a un vacío legal en el que el Código Civil del Estado no establece como requisito que el matrimonio se celebre entre hombre y mujer, pues sólo dice “entre personas”. Después de una batalla legal, el 5 de junio del 2012 se agotó el término para impugnar el enlace matrimonial y en el 2022 se hizo legal en toda la República Mexicana.

Rechazo familiar

En el caso Noami Herminia Nieves, una mujer trans de 45 años de edad, comentó que desde que tuvo uso de razón le encantaba jugar con muñecas, lo que generó la molestia de sus padres. Si bien, la madre fue muy comprensiva, su progenitor, quien fuera un elemento de la Armada de México, no sucedió lo mismo porque no se ajustó a los lineamientos de una educación como hombre, y para ella era un sexo asignado, pero no aceptado; además de ser una época donde era mal visto que un niño jugara con cosas destinadas para las niñas.

En esa etapa, la sociedad no estaba preparada para ver a un niño que se identificara como mujer, lo que la obligó a refugiarse en su interior para seguir adelante con lo que los demás esperaban que fuera.

Ser trans la hizo madurar muy rápido, porque si su papá la encontraba con maquillaje o usando falda y zapatillas, lo que seguía era una golpiza, por lo que comenzó a reconocer lo que podía hacer y lo que no, en casa, y así vivió, con “camuflaje”, durante 27 años.

Durante todo ese tiempo sufrió bullying en la escuela y en su generación se normalizaba agredir a los trans, por lo que vivía actos de odio hacia la comunidad, lo que no le impidió continuar con sus estudios y logró terminar la carrera de relaciones internacionales y comercio exterior, a pesar de no querer asistir a clases, siguiendo los consejos de su madre, quien le decía que sería lo único que le daría armas para subsistir de manera independiente.

Noami Herminia Nieves, una mujer trans de 45 años de edad, sufrió el rechazo de su padre / Rodolfo Flores

Entendió que tres siglas, antes de su nombre, le darían un respeto, pero aun así, las personas se dirigían a ella con motes despectivos, lo que le dejó claro que no era sólo decir soy esta persona, sino que había que deconstruir a toda una sociedad, donde niños son de azul y las niñas de rosa.

Luego de concluir sus estudios trabajó en una empresa de maquila, donde rápidamente ascendió, pero la obligaron a cortarse el cabello, atentando con su expresión, y como ya no podía con la presión, pidió unos días de vacaciones, las cuales disfrutó con una amiga que tenía un salón de belleza.

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Un día le prestó una peluca, la maquilló y se vistió con ropa de mujer, y por fin se sintió identificada con lo que sentía y lo que veía afuera, lo que la hizo no regresar a su empleo y comenzar una profesión como estilista.

Lo que lamenta es que las personas que pertenecen a la diversidad sexual, tengan que abandonar sus estudios y trabajo sólo porque los compañeros y jefes no están informados ni sensibilizados al respecto.

Reconoció que a lo mejor sus finanzas serían mejores y su historia otra, de no haber dejado ese trabajo, porque los trans son aceptados como estilitas o artistas, pero no como abogadas, doctoras, empresaria o políticas.

Encontró en el estilismo un lugar donde es aceptada, tal cual es / Rodolfo Flores

Los resultados de la encuesta del Inegi arrojaron que nueve de 10 personas homosexuales se sienten discriminados en los centros de trabajo, dentro del núcleo familiar, en los centros educativos y en las instituciones públicas.

Para Muchell, las marchas son de resiliencia, confrontación y protesta, porque fue todo un proceso donde hubo sudor y sangre, y para algunos, sobre todo de las nuevas generaciones, es de fiesta, porque han transitado en un camino más despejado y ese es el objetivo real de manifestarse, porque uno de sus más grandes sueños es ver la discriminación sólo en la definición de un libro y no vivirla en carne propia.

Es por eso que invita a la ciudadanía a informarse, sobre todo que observen a sus hijos y sean un apoyo para que se sientan seguros mientras descubren su identidad, porque aún hay mucho por hacer, y lo principal es lograr que en las escuelas se den clases sobre este tema y se tenga la apertura de que los niños y jóvenes expresen sus preferencias, sin que sea un motivo de burla.

GC