Quintana Roo

Cultivos de sandía morelense sufren auge y decadencia; la siembra cada vez es menos rentable

La producción de la fruta terminó con fraudes y plagas, haciendo que pierda su lugar como cultivo principal.
Los campesinos que empezaron a trabajar la fruta fueron los del ejido Adolfo López Mateos. / POR ESTO!

Los productores del municipio comenzaron el cultivo de sandía a finales de la década de los 70, pero fue entre 1995 y 2000 cuando la actividad alcanzó su mayor auge.Durante esos años, los agricultores fueron víctimas de fraudes perpetrados por “coyotes” que se hacían pasar por empresarios.

Posteriormente, como una especie de maldición, a los campos de cultivo mecanizado los invadieron hongos y plagas. Desde entonces, la producción de sandía experimentó una marcada decadencia, pues de las más de 500 hectáreas que se sembraban, actualmente se trabajan poco más de 80.

El sector realizó menores cosechas de lo esperado para esta temporada.

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Inicios

En esta región, los campesinos que empezaron a cultivar sandía fueron los del ejido Adolfo López Mateos, al ser los primeros en tener tierras mecanizadas en el municipio.

El ejidatario Daniel Sánchez comentó que en 1979 se sembraron las primeras tres hectáreas de la fruta, obteniéndose una buena cosecha. Al siguiente año, trabajaron cinco, y así creció la super fi cie, ya que varios productores se sumaron a esta actividad al comprobarse los buenos resultados.

Otros ejidos con tierras mecanizadas, como Candelaria, Puerto Arturo, Othón Pompeyo Blanco y Kancabchén, se unieron, y fue entonces cuando el municipio destacó como el principal productor de sandía en el estado.

En esos años, durante la cosecha, que generalmente se realizaba entre marzo y abril, los caminos y campos de cultivo se llenaban de tráileres y camiones de carga, tipo Thermo King, provenientes de Puebla, México, Guadalajara y Aguascalientes. Muchos compradores traían sus propios trabajadores para realizar el corte y carga de la fruta.

En los mecanizados, según el exlíder de la Confederación Nacional Campesina, Leobardo Sánchez May, se llegaban a cosechar hasta 10 mil toneladas de sandía, de la variedad “sangría”, que era la que se cultivaba entonces. Durante el período de recolecta, agregó, “todos tenían dinero por que se generaban empleos en los mecanizados, tanto para hombres como para mujeres”

Algunas empresa estafaron y dejaron a los campesinos sin su pago. / POR ESTO!

Comercialización

La venta de la fruta en los campos de cultivo siempre la realiza directamente el dueño de las tierras. Nunca ha existido una organización de productores que se encargue de comercializar la fruta ni de fijar precios de venta. Por eso, los “coyotes” son quienes establecen el costo, de acuerdo con la oferta. Rafael Meza, productor de Puerto Arturo, comentó que cuando comenzaron a cultivar sandía, hace aproximadamente 30 años, se vendía a 50 centavos la pieza. En la década de los 90 subió a un peso; después, a entre dos y cuatro, y este año se espera que sea entre cinco y seis, dependiendo de la fecha de cosecha.

Por lo general, los primeros cortes de sandía se venden bien, pero cuando comienza la cosecha en otros ejidos y la oferta aumenta, el precio cae, ya que los "coyotes" aprovechan esa situación para reducir el costo, reconoció.

El año pasado, cuando la fruta abundó a principios de abril, el precio bajó hasta los dos pesos por kilo, y los productores tuvieron que venderla así, porque no puede permanecer mucho tiempo en el campo.

Los investigadores de la Universidad Intercultural Maya, Francisco Moo Xix, Eduard Emmanuel Brito Estrella y Valeria Cuevas Albarrán, concluyeron en el artículo "Caso de estudio de la producción y comercialización de la sandía en la comunidad Puerto Arturo", que en el municipio "existe una producción adecuada de esta fruta; sin embargo, aún falta canalizar y fortalecer el sis- tema de ventas".

Existe buena producción, pero falta fortalecer el sistema de ventas. / POR ESTO!

Fraudes contra agricultores

Durante el auge de producción de sandía en la década de los 90 se cometieron estafas muy graves contra los agricultores; la mayoría quedó con créditos vencidos, al no poder pagar el préstamo que el banco les otorgó para financiar la siembra de la fruta, pues los “coyotes” se llevaron toda la cosecha y no les pagaron.

Según el exlíder Leobardo Sánchez May, algunas empresas, como Carbonerica, Procoisa y Satra estuvieron involucradas en estos fraudes, engañando a los productores al dejarlos con una deuda de 800 mil pesos.

Comentó que dichas empresas supuestamente fueron investiga das y se dijo que detuvieron a sus representantes, pero los campesinos nunca recibieron el pago de su fruta, a pesar de que algunos empresarios, como un hombre identificado como Alejandro de Hoyos, al parecer vendieron la sandía hasta en Estados Unidos

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Campos infestados por hongos Fusarium

l fraude fue el primer golpe que recibieron los productores, pero luego, en 2004, los campos fueron infestados por el hongo Fusarium. A partir de ese año y hasta 2008, se dejó de cultivar sandía, ya que durante ese periodo el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas realizó investigaciones para erradicarlo.

Este engaño sufrido en los años 90, se repitió hace dos años en La Carolina y Puerto Arturo, ejidos donde los productores entregaron su fruta a un empresario poblano, quien no les pagó. Leobardo Limón Rojas, agricultor de La Carolina, comentó en su momento que la empresa poblana les debía 10 millones de pesos.

Actualmente, los ejidos que aún cultivan sandía son: Puerto Arturo, Candelaria, José María Morelos, Kancabchén, Othón Pompeyo Blanco, Xnoh Cruz y La Carolina; sin embargo, la superficie cultiva- da es reducida. Esteban Serralta Uxul mencionó que la siembra de sandía ya no es rentable, debido al aumento de los precios de los insumos como semillas, fertilizantes y pesticidas, y añadió que trabajar con esta fruta se ha vuelto una aventura, ya que depende mucho del clima.

El fruto fue una fuente de riqueza; ahora se redujo drásticamente. / POR ESTO!

El productor comentó que la mayoría de los agricultores de la zona de mecanizados se están inclinando más por el cultivo de limón, ya que no requiere un manejo tan delicado y la inversión para una hectárea es menor.

Fredy Arguello Pacheco, de Othón Pompeyo Blanco, indicó que para labrar una hectárea de sandía se necesita una inversión mínima de 40 mil pesos, cantidad que no es fácil de obtener. El cultivo de la sandía en el municipio está en declive debido a varios factores: los fraudes, la presencia del hongo Fusarium, el aumento de los costos de insumos, y la falta de apoyos crediticios para los campesinos, muchos de los cuales aún están endeudados por las carteras vencidas.