A los productores de pitahaya de este municipio, hasta ahora, no les ha ido muy bien porque las lluvias no han sido todavía lo suficientemente buenas, informó José Naziaceno Chuil Dzib.
Los agricultores indicaron que esta fruta, que en abundancia se está ofreciendo en la capital del Estado y se está vendiendo en las calles, actualmente viene de Oxkutzcab y Dzan, en el Sur de la Entidad, donde tienen mejores condiciones de producción, afirmó el entrevistado.
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Chuil Dzib indicó que los casi 20 productores kinchileños de pitahaya carecen de apoyo para la siembra, cosecha y cultivo. “La mayoría estamos esperanzados en la lluvia y, hasta ahora, las dos cosechas anuales de la fruta no han sido buenas”, puntualizó.
“En unos días más veremos si obtenemos algo de la tercera cosecha, que comprende del 15 de junio al 15 de julio, pues en las dos anteriores, repito, la situación no ha sido buena”, añadió Chuil Dzib.
La producción de pitahaya, también conocida como “fruta del dragón”, se estableció en este municipio hace más de cuatro décadas, y mucha gente dependía anualmente de la actividad, pero por diferentes razones ha ido disminuyendo, indicó Jesús Solís Alpuche, uno de los exproductores.
En la visita a la parcela de la Sociedad “Chan Tza Can”, atendida por José Naciazeno, se observaron decenas de matas de pitahaya con frutos que todavía no alcanzan su período de madurez.
Se averiguó que muchos de los pobladores dedicados a la producción de la fruta han preferido abandonar la actividad, ante la falta de recursos y oportunidades para continuar atendiendo sus parcelas.
Trascendió que el alza de la energía eléctrica y de los insumos, como fertilizantes y herbicidas, han sido algunas de las causas de que muchos de ellos hayan preferido buscar otras oportunidades.
Cabe mencionar que, según los productores, en mercados de Oxkutzcab, la Huerta del Estado, la pitahaya se ha vuelto en esta temporada una fruta cara, pues una caja de aproximadamente 20 kilos se está comercializando hasta en 450 pesos. Asimismo, decenas de agricultores se dedican a cultivar esta especie en el Sur yucateco, que anualmente les genera buenos ingresos económicos de hasta un 40 por ciento en la época, ya que es muy consumida.