Miles de familias viven en zonas de invasión caracterizadas por la precariedad y la falta de servicios básicos. Estas personas, impulsadas por la necesidad de un hogar, enfrentan la incertidumbre de posibles desalojos, ya que carecen de certeza jurídica sobre sus lotes. A pesar de las dificultades, como la ausencia de drenaje y alumbrado público, los residentes han encontrado formas de organizarse para obtener servicios básicos de agua y electricidad. Sin embargo, la inseguridad y la falta de atención gubernamental agravan su situación.
Unas 400 familias habitan una zona de invasión llamada La Jungla, localizada en la Región 227 de Cancún, donde han vivido por años ante la necesidad de un hogar, aunque no tengan los servicios básicos, ni la certeza jurídica de sus lotes y tampoco cuentan con seguridad pública.
Dijeron que no es nada fácil vivir en una zona de invasión, pero no están ahí por gusto, sino porque cuando llegaron vieron una oportunidad y se les “prometió” que su lote sería de su propiedad, pero con el paso de los años se dieron cuenta que no tienen nada seguro y todos los días viven en la incertidumbre por pensar que un día los pueden sacar, independientemente de los años que lleven, como ha pasado en varias partes de la ciudad.
“Sólo queremos vivir tranquilos y en paz, acá no nos ha molestado la policía porque muchos pagamos nuestros lotes, acá no había nada y pagamos 50 o 70 mil pesos y poco a poco fuimos construyendo, ahora no pagamos nada porque dicen que el dueño se murió y la que se quedó en su lugar creo que también murió”, relataron algunos vecinos.
En La Jungla tienen agua por los pozos que han hecho, y luz, porque hicieron un convenio con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se cooperaron entre las familias y tienen transformadores, pero no hay alumbrado eléctrico ni servicio de agua potable y mucho menos drenaje o calles en buen estado.
De hecho, la zona es poco accesible, las casas son de distintos materiales, unas incluso de láminas, con basura y escombros por todos lados, fauna callejera y algunas de las viviendas se quedaron en obra negra; otros “invasores” siguen llegando en busca de un lugar donde vivir, aunque al margen de la ley.
“En algunos casos les cobran cuotas que le pagan a una tal doña Mary, no sé de mil 200 o mil 500 pesos, pero sin recibos, nadie tiene certeza jurídica de sus predios y por eso les pedimos a las autoridades que nos ayuden con eso, que lo arreglen y a través de un patronato que se hizo pagamos la luz”, relata una vecina que omitió su nombre por seguridad.
Y es que otro tema que aqueja en la colonia es justamente la inseguridad, pues ante la ausencia de la policía, en las inmediaciones se hace cada vez más peligroso.
“Es que es muy inseguro, como no hay alumbrado y la policía ni se arrima por acá, pues en las noches es muy peligroso, ya se les han metido a los vecinos porque está muy oscuro, tenemos que sacar lámparas para alumbrar de noche la calle”, dijo.
Santa Cecilia
Por otra parte, algunos habitantes de la colonia irregular Santa Cecilia, ubicada sobre la carretera a Mérida, mencionaron la complejidad que representa que el gobierno les garantice municipalización de sus lotes, cuando se necesita una red de agua potable, drenaje sanitario, calles, alumbrado, red de electrificación, pozos de absorción, entre muchas otras cosas, de hecho, mencionaron que desde que llegaron sabían que debían perforar para obtener el agua y hacer convenio con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para poder tener un transformador y luz en sus casas, aunque no la tengan en las calles.
“Lo sabíamos desde que llegamos, pero decimos arriesgarnos porque era una oportunidad para tener tu propia casa, nosotros no sabemos si algún día se va a municipalizar, es cierto que se nos ha prometido ese apoyo de legalidad, pero no sabemos si sea cierto, vea usted a Tres Reyes o El Milagro, son colonias que tienen más de 30 años sin servicios, entonces, qué nos espera a nosotros”, se preguntó la señora Justina Ciau.
Hay asentamientos que incluso toman el agua de forma clandestina desde la avenida José López Portillo, ya que no tienen forma de obtenerla, porque han perforado pozos y al agua sale negra o porque no hay forma de pagar a una pipa para que les surta el líquido.
Hace un año, trascendió que la colonia irregular Tres Reyes ya contaba con un proyecto de regularización en conjunto con ejidatarios de Bonfil y del gobierno municipal para que finalmente se urbanizara esta comunidad dividida en tres secciones, con más de dos mil familias, que han padecido de los servicios básicos por más de dos décadas, pero ellos nunca escucharon del proyecto.
“Acá no hay comité de colonos designado por el ayuntamiento, no hay ninguno, cada quien puede hacer su propio comité como quiera, nadie nos ha visitado o nos ha dicho algo al respecto. Antes cuando se hacían las reuniones, se avisaba y acudíamos, pero tienen años que no hay comités nombrados y eso de que se vaya a municipalizar no lo sabemos y tampoco lo creemos”, coincidieron José Roberto y la señora Graciela.
Los vecinos mencionaron que los principales problemas de esta colonia es la inseguridad; mientras que el servicio de agua nunca lo han tenido, sólo a través de sus propios pozos y la luz porque ellos también se cooperaron e hicieron convenio directamente con la CFE, para la colocación de postes y transformadores, pero aseveraron que a cada rato hay apagones y si las pastillas de los transformadores que se colocaron en distintos muretes se queman, ellos se tienen que cooperar y pagar, porque la comisión no se hace responsable y en cada murete hay 44 transformadores.
“Esta colonia, así como Avante u otras más, nunca van a ser municipalizadas, somos ejidatarios de Alfredo V. Bonfil, pero no somos reconocidos, nosotros no aparecemos, no existimos, somos avecindados, pero no somos reconocidos, cuando uno va a sacar la constancia para la credencial de elector es un lío porque donde vivimos no tenemos ni calle, ni manzana, ni lote ni nada”, aseguró la señora Ady Maricela.
Colonias inaccesibles
Personal de emergencias en Cancún reconocieron, la complejidad para ingresar a las colonias irregulares por lo inaccesible de las zonas, lo que en ocasiones provoca que la vida humana corra peligro, pues prácticamente todos los días hay reportes por alguna situación. Por otro lado, la movilidad de las personas se dificulta por la falta de transporte público en esos asentamientos y en época de lluvias el problema es mayor.
“Siempre es complicado acudir a un servicio en las colonias irregulares, porque las calles están en malas condiciones, el tiempo de respuesta no es el mismo que en otros puntos de la ciudad, pero siempre llegamos y en lo que al Cuerpo de Bomberos respecta, no hemos tenido casos donde se pierda una vida humana, pero sí bienes materiales”, dijo el encargado de despacho de la dependencia municipal, Aquileo Cervantes Álvarez.
Mencionó que la mayoría de los servicios que tienden son por incendios ocasionados por las malas conexiones eléctricas, “diablitos” y maraña de cables de las colonias que han tenido convenios con la CFE; y, en segundo lugar, por la quema de basura, porque en esas colonias el servicio en la recoja no es regular como el resto de la ciudad y la gente quema sus propios desechos sin las medidas de seguridad necesarias y muchas veces esas conflagraciones se salen de control.
Noticia destacada
Vecinos de colonias irregulares de Cancún pagan hasta 120 pesos diarios en transporte
Por su parte, el titular del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), Alejandro Arzate, reveló que todos los días acuden a alguna colonia irregular para atender algún servicio de emergencia, la mayoría riñas, coincidió en la dificultad que les representa poder llegar a esas atenciones por las condiciones de los caminos y lo angostos que son en algunos casos, donde los vehículos no caben y eso implica que una vida pudiera estar en riesgo si no llegan a tiempo.
“En las colonias irregulares en automático no pueden ingresar las unidades de emergencia a la velocidad que se necesita por las malas condiciones, todos los días tenemos llamados, hay demasiada gente habitando esos asentamientos, a veces el servicio es a medio kilómetro de la entrada, pero otras a 8 kilómetros de la entrada principal y sí, se vuelve muy problemático el asunto”.
Falta de transporte
En las colonias irregulares, la gente por lo general gasta al día entre 60 y 120 pesos diarios solamente para trasladarse a su trabajo, a la escuela o al Centro de la ciudad, porque debe tomar una o dos combis desde la salida de su colonia; además, antes gastan en un mototaxi que les cobra 8, 10 o más pesos, dependiendo el tipo de servicio que sea y estos últimos no están regulados, aunque diariamente trasladan a cientos de pasajeros de estos asentamientos.
“Los mototaxis cobran 8 pesos, pero sólo circulan por la calle principal, no entran a las calles secundarias y tampoco salen de la colonia porque no tienen permiso, entonces si quieres ir al Crucero, ya son 36 pesos, y si voy con toda la familia, ya son 180 pesos”, dijo Rosa Juárez.
Hay otros lugares donde los mototaxis cobrar 10 pesos, pero en ocasiones el pasaje pide servicio especial, es decir, que lo llevan hasta su casa y el costo ya es el de un taxi, que ronda los 50 o 70 pesos, pero únicamente dentro de la colonia, precisamente por la falta de otro tipo de transporte. En el caso de la regulación de los mototaxis, aseguró que su proceso de regularización aún está pendiente, ellos no tienen permiso de salir de las colonias.
Despojos y Protestas
Apenas el fin de semana pasado, autoridades de los tres órdenes de gobierno realizaron un operativo de desalojo en la Región 214, tras la invasión de un predio, propiedad de un consorcio. En agosto, unas 50 personas se manifestaron con pancartas y lonas en las oficinas de Tertuis Patrimonio, -Administradora de créditos hipotecarios, y financieros-, ubicadas en Avenida Bonampak número 3, del edificio Domos, en protesta a que no les han dado solución a unas 250 familias por los altos precios de sus viviendas, además de fraudes y hasta amenaza de desalojos, ya que venden las carteras vencidas a otros clientes.
Son varios fraccionamientos como Los Héroes, Haciendas del Caribe, Calakmul, Costa Azul, Los Ángeles y La Guadalupana, donde líderes de agrupaciones se aprovechan de la necesidad de muchas personas, les piden dinero pagando mensualidades o empadronamientos, con la promesa de que nos les quitarían sus casas y aun así se ordena la ejecución de embargo y los ha obligado a participar en apoyo a diversos partidos políticos, desde hace unos 3 o 5 años, señalan algunos afectados.