Con un ritmo de crecimiento poblacional estándar del 3.5 por ciento en Quintana Roo, pero con tasas de crecimiento de doble dígito en ciudades como Playa del Carmen y Tulum, el problema de la construcción de viviendas de interés social se agrava. Esto se debe a que las compañías ya no muestran interés en edificar este tipo de casas, explicó Javier Olvera, desarrollador inmobiliario y miembro de la Canadevi.
Quintana Roo reporta la construcción de apenas 200 viviendas en promedio mensualmente, cuando en años anteriores se llegó a consolidar hasta más de mil unidades al mes. Esto ha dejado desatendidos a más de 70 mil trabajadores en Quintana Roo que no pueden adquirir una casa.
A pesar del notable crecimiento en el sector inmobiliario de Quintana Roo, especialmente en los mercados medio y residencial, como los que se construyen en la Riviera Maya y Cancún, la situación de la vivienda de interés social sigue siendo un reto.
Javier Olvera explicó que la zona de la Huayacán, la Colosio y Puerto Cancún son de crecimiento muy sólido, pero se tienen pendientes en la vivienda de interés social. Se ha encarecido y se construyen muchas menos casas de las que se construían antes”, señaló.
El costo de la vivienda de interés social ha aumentado considerablemente, con precios que parten de alrededor de los 600 mil pesos, en comparación con los 250 mil pesos de hace una década.
Este encarecimiento se debe principalmente a las demandas adicionales impuestas a las viviendas, lo que resulta en un precio final elevado y un mercado más reducido debido al desajuste entre los salarios y los costos de las casas.
Aunque se ha propuesto que el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) genere la figura de arrendamiento como una solución, Olvera duda de su eficacia a largo plazo y plantea interrogantes sobre la disponibilidad de terrenos adecuados y la cantidad de viviendas que podrían construirse en áreas urbanas densamente pobladas.
Viviendas inalcanzables
Mientras tanto, el dirigente estatal de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), Leonardo Garrido, aseguró que el precio de la vivienda en Cancún ha dejado de ser asequible para las empresas constructoras, al superar el medio millón de pesos, una cifra que el trabajador promedio no puede costear.
Ante esta situación, la industria privada de la construcción de viviendas está buscando acuerdos con los 11 municipios de Quintana Roo para poner a la venta viviendas de interés social que no excedan los 700 mil pesos en su costo final para los derechohabientes del Infonavit.
Garrido explicó que ya han alcanzado un primer acuerdo en el municipio de Othón P. Blanco, donde el Ayuntamiento accedió a no cobrar derechos y trámites municipales, lo que permite reducir el costo final de la vivienda hasta en 60 mil pesos.
Muchos trámites y pocas casas
El empresario afirmó que Quintana Roo se encuentra entre los primeros lugares a nivel nacional en cuanto a costos de trámites para viviendas, tanto a nivel municipal como estatal. Esto ha elevado significativamente los precios de construcción y el costo final, lo que ha resultado en una escasez de oferta por debajo de los 700 mil pesos en todo el Estado.
En comparación, en Yucatán se requieren alrededor de 500 trámites para diversas actividades económicas, mientras que en Quintana Roo la cifra asciende hasta mil 500 requisitos exigidos por el Gobierno.
Este exceso de exigencias ha dejado a unos 100 mil trabajadores que cumplen con los requisitos para acceder a una vivienda en espera, ya que el Infonavit sólo puede otorgar alrededor de 12 mil créditos anualmente.
Según el gerente de Crédito del Infonavit, Víctor Hugo Ducoing Pedroza, la construcción de viviendas de interés social ha comenzado a recuperarse después de los efectos de la pandemia. Sin embargo, aún es insuficiente para satisfacer la demanda.
En este sentido, reconoció que los desarrolladores están enfocándose en viviendas de interés medio o residencial, ya que es donde actualmente se encuentra la absorción del mercado. Esto ha dejado desatendidos a más de 70 mil trabajadores en Quintana Roo que no pueden adquirir una casa, según lo reportado por la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda.
GC