En el principal destino turístico el país 3 mil 400 hectáreas muestran un crecimiento difuso, poco ordenado y carente de servicios y equipamiento, de acuerdo al Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población.
Con un crecimiento población superior al 37 por ciento de 2010 a 2020 de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el documento establece que actualmente se estima que el suelo artificializado (compactado para área urbana) en Cancún cuenta con una superficie de 19 mil 266 hectáreas de las cuales de 15 mil 781 forman parte de la zona urbana y las restantes 3 mil 485 carecen de orden.
A lo anterior se suma que, en un lapso de 50 años, Benito Juárez y específicamente Cancún, pasó de ser un sitio prácticamente despoblado al que tiene el mayor número de habitantes en Quintana Roo (49.1% ) por contar con una población censada en 2020 (de acuerdo al censo más reciente del Inegi) de 911 mil 503 ciudadanos.
Afectación ambiental
El cambio en las condiciones originales de la vegetación tiene fundamentalmente su origen en dos aspectos: la demanda de suelo por el crecimiento urbano y la afectación a la vegetación por los incendios forestales de gran envergadura posteriores a los huracanes Gilberto (1988) y Wilma (2005).
Resultado del primer aspecto es que 24.3% ya se considera zona urbana con ausencia de continuos de ecosistemas terrestres, ya que los escasos parches con vegetación nativa se encuentran aislados y han perdido funciones ecosistémicas y prestación de servicios ambientales.
Considerando que el municipio cuenta con poco más de 75% con vegetación natural, es fundamental evitar su deterioro y limitar la reducción de su superficie debido a los servicios ambientales que proporciona; principalmente los de provisión de agua para consumo humano, regulación y soporte, se advierte en el documento.
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Se detalla que en el caso de los incendios forestales que han afectado principalmente a la vegetación de selva mediana subperennifolia, se tiene que 50.5% presenta afectaciones y se consideran en una etapa de vegetación secundaria.
La vegetación de selva que todavía se mantiene en condiciones adecuadas es de sólo 18%, en donde 2.8 corresponde a la selva baja inundable que es un ecosistema muy frágil por su estrecha relación con las inundaciones estacionales que responde a la hidrodinámica superficial; de tal manera que cambios en las condiciones del relieve que modifiquen la hidrodinámica tiene efectos negativos en su estructura, composición y dinámica intra e inter ecosistémica.
La vegetación de manglar ocupa 7.2 de la vegetación y si bien en el pasado estuvo sujeta a fuertes presiones por el desarrollo de oferta turística e inmobiliaria, como lo sucedido en la vegetación de dunas costeras, en la actualidad las disposiciones jurídicas y normativas han reducido de manera importante las afectaciones a este ecosistema; sin que se hayan erradicado de manera definitiva, se reconoce en el documento.
Considerando que el municipio cuenta con poco más de 75% con vegetación natural, es fundamental evitar su deterioro y limitar la reducción de su superficie debido a los servicios ambientales que proporciona; principalmente los de provisión de agua para consumo humano, regulación y soporte, advierte.