Se llama Francisco “N” y lo confundieron con chofer de Uber en dos ocasiones en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) en un solo día, para su fortuna y de sus amistades, la situación no pasó a mayores, pero aseguró que es muy molesto sentirse vigilado y asediado tanto por personal de la Guardia Nacional (GN) como de los transportistas “pirata” que son tolerados en el aeródromo.
“Había escuchado de los operativos contra los conductores de Uber, pero como tengo muchas ocupaciones, era algo a lo que no le daba importancia porque es un asunto que no me afectaba en nada, hasta ayer, que tuve que ir dos veces al aeropuerto, primero por una familia de amigos de hace muchos años y que llegó de visita, y en la noche por mi hijo que regresaba de viaje y la verdad me sentí acosado, es terrible lo que hacen”.
Aclaró que fue una casualidad que se le juntaran esos dos viajes al recinto aeroportuario el mismo día, pero así fue.
Detalló que, para el primer encuentro, iba un poco tarde y vía WhatsApp le pidió a su amiga que se acercara con su familia al estacionamiento cuando salieran de la terminal aérea, para que fuera más rápido; además, de esta forma se evitaría pagar el boleto y una vez que llegó, le pitó a sus conocidos que ya lo esperaban.
“No me veían y les gritaba, les pitaba, ya me había dado cuenta que había una patrulla de la Guardia Nacional atrás, pero no le di importancia, pero el policía prendió su torreta para que otro policía de a pie se acerara a mí y me preguntó si esperaba a alguien y si era chofer de Uber, respondí que eran mis amigos y que no era de Uber, pero el oficial se asomó como buscando algo, ya luego supe que buscaba si tenía un celular prendido”.
Dijo que el oficial se portó amable, se retiró sin mayores problemas, pero no lo dejaba de observar y luego una persona interceptó a la familia para ofrecerles el servicio de taxi, mismo que rechazaron.
Ya por la noche, regresó a la misma terminal y aunque esta vez no le dijeron nada, dijo que en todo momento sentía cómo los transportistas no le quitaban la mirada en encima y como no había muchos vehículos por la hora y su hijo ya había llegado, decidió salir a esperarlo adentro del aeropuerto y en menos de 5 minutos salieron ambos, abordaron la unidad y re retiraron ante la mirada iracunda de los transportistas.
El entrevistado lamentó lo que sucede contra estas plataformas digitales de transporte y reconoció que si los conductores no tienen permiso para subir gente en zonas federales, entonces no lo deben hacer, pero también dijo que ese tema les afecta a todos los automovilistas, porque aunque no sean Uber los acosan y los molestan cuando van por algún familiar al aeropuerto, y terminó diciendo que mientras las autoridades no dejen en claro los límites del servicio, eso seguirá sucediendo.