Quintana Roo / Chetumal

Hartos de arrastrar el mismo problema durante años, recurrirán a la vía legal para presionar a la dependencia con el objetivo de que les suministre agua de calidad.

De acuerdo con el comisariado ejidal de Laguna Guerrero, Gilberto Barbosa Heredia, los habitantes de la comunidad mencionada, en conjunto con los de Raudales, interpondrán amparos en contra de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) debido a que la dependencia no ha mostrado ningún interés en resolver el problema con el suministro, el cual arrastran de años atrás.

Cerca de 3 mil personas se ven afectadas por la indiferencia de la CAPA, toda vez que el saneamiento que se le realiza al agua es deficiente, pues esta llega a las casas con cantidades excesivas de magnesio y calcio, lo cual limita el uso que se le puede dar al elemento, tomando en cuenta que puede resultar contraproducente por su mala calidad.

El objetivo de promover los amparos es presionar a la Comisión para que suministre agua potable de calidad, que incluso pueda ser consumida por las familias y no que sólo sirva para los quehaceres de la casa, ya que al no poder tomarla eso implica un doble gasto, pues además los ciudadanos se ven obligados a comprar garrafones de agua, cuando no debería ser así. Si bien algunos niños beben el agua potable, esto les genera problemas de salud.

“No nos queda de otra, tenemos que buscar a un abogado para que interponga el amparo y que sean las instancias judiciales las que nos ayuden a solventar este problema y podamos recibir agua de calidad, agua buena, porque tenemos niños en Laguna Guerrero que consumen el agua salada que llega lo que preocupa por los daños que esto pueda ocasionar en su salud, entonces tenemos que ver la manera de que ya la Capa nos haga caso, porque tenemos muchos años esperando por una solución que nunca llega”; declaró.

Promoverán amparos contra CAPA / Anahí Chamlati

Asimismo, señaló que no sólo la población se ve afectada por la calidad del agua, sino que también se han presentado daños en hortalizas, cultivos y diversas plantas, al grado de que han perecido por ser regadas con el agua que les suministra la CAPA; situación que, adicionalmente, les genera pérdidas a los productores y la dependencia no se hace responsable de eso tampoco.