Mediante una denuncia ciudadana se informó que en los alrededores del Congreso del Estado existe un rebosamiento de aguas negras, que evidentemente provienen de las instalaciones del recinto, lo cual deriva en una situación de contaminación ambiental que resulta preocupante para los ciudadanos, sobre todo, porque ni las autoridades ni los legisladores han tomado cartas en el asunto, puesto que no se trata de una situación nueva.
Dado lo anterior, se realizó un recorrido para detectar la ubicación exacta de la fuga de aguas negras y se corroboró que pertenecen al Congreso, y, lo peor, es que se trata de la parte trasera del edificio, a un costado del estacionamiento, que queda justo frente al parque “Dos Mulas”, que se sitúa en el bulevar de Chetumal.
En ese sentido, además de la contaminación ambiental y la situación insalubre que se genera, esta problemática resulta perjudicial para la ciudadanía en general, toda vez que los chetumalenses no pueden ir a sentarse en el parque mencionado sin que les llegue el fétido olor de las aguas negras; ni hablar en caso de que se trata de visitantes nacionales o internacionales que deseen apreciar la vista del mar un rato o platicar en las bancas del parque.
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Por otro lado, como es sabido, la Bahía de Chetumal está considerada como Área Natural Protegida y ha sido nombrada “Santuario del Manatí”, sin embargo, el hecho de que las autoridades no hayan tomado cartas en el asunto respecto a un tema como este, deja mucho que desear, pues resulta evidente que dichas aguas negras se filtran al subsuelo, proliferando la contaminación del cuerpo de agua.
Asimismo, resulta de no creerse que una institución de carácter estatal se encuentre en estas condiciones, al tratarse de un recinto en el que el flujo de gente es constante, ya que no sólo los legisladores entran y salen del Congreso, por lo que se trata de un espacio muy concurrido y resulta urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto.
Otro tema que vale la pena resaltar es el empeño que los legisladores han puesto para que les den luz verde para construir su tan anhelada cafetería, pero que no se preocupen de que las instalaciones sanitarias del recinto se encuentren en buenas condiciones y, menos aún, de las implicaciones que la omisión de la situación genera para la ciudadanía.
