Ante la búsqueda de alternativas para generar mayores ingresos, alrededor de 300 familias de Chetumal se han sumado a la dinámica económica de los bazares para ofrecer diversidad de artículos a costos accesibles e incluso darle salida a ropa, zapatos y otras cosas más que aún tienen vida útil, pero ya no son utilizados por los propietarios.
En ese sentido, se ha vuelto común ver letreros en domicilios particulares donde se ofrecen artículos de segunda mano, y también se ha incrementado el número de personas que acuden a lugares como el parque de la colonia Forjadores, conocido desde hace décadas por ser un lugar donde se pueden encontrar artículos de medio uso a muy buen precio; incluso, hay personas que llevan años vendiendo en el lugar, y con el paso del tiempo se han anexado más puestos, incluidos los de comida.
Por otro lado, otra modalidad a la que también se le ha denominado bazar, se compone por los comerciantes que se han agrupado en diferentes grupos, los cuales se establecen de manera habitual en la Explanada de la Bandera, o en el Salón Bellavista se trata de algún evento especial; ahí los chetumalenses acuden para adquirir productos o alimentos, ya que se puede encontrar todo tipo de productos, que se encuentran en rangos accesibles para los compradores.
Asimismo, incluso las redes sociales se han convertido en un medio para vender productos de bazar, ya sea mediante cuentas creadas específicamente para ello o a través de publicaciones en grupos donde los miembros se dedican a vender o comprar ese tipo de mercancía; de modo que algunas personas se dedican de lleno a esta actividad, desde su domicilio.
Cabe mencionar que esta dinámica se incrementó durante la pandemia por covid-19, a causa de las dificultades económicas que el confinamiento tuvo para muchas familias de la ciudad, las cuales tuvieron que cerrar sus negocios o enfrentaron despidos laborales; un caso similar al surgimiento de los motoservicios. Sin embargo, con el transcurso del tiempo se ha vuelto una opción de emprendimiento.
Sobre el tema, una de las comerciantes que incursionó en los bazares mencionó que ella empezó por una amiga suya, quien la invitó a vender lo que ya no utilizaba en su casa y, al ver que realmente es un buen negocio, se metió de lleno a la venta de productos de segunda mano.
