Después de que la Fiscalía General del Estado (FGE) obtuviera los resultados de la autopsia practicada a Lucio Retana Peña por el Servicio Médico Forense (Semefo), quien murió al interior del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Chetumal, se dio a conocer que su deceso fue resultado de asfixia, por lo que se mantiene la investigación por negligencia de parte de los custodios que lo encontraron tirado en su celda.
El titular de la FGE dio a conocer que el interno, conocido como “El Gordo”, quien apenas llevaba poco más de un mes en el reclusorio de la capital, murió por asfixia, lo que implica que cuando los custodios llegaron a su celda este ya había fallecido, y no fue tras su llegada al hospital como se dijo inicialmente; incluso se mencionó que los custodios acudieron a la celda del occiso tras escuchar sus gritos.
Dado lo anterior, esta situación mantiene a los custodios en la mira de las autoridades como unos de los principales sospechosos, por posible negligencia y omisión de acción, al no informar a las autoridades de manera inmediata sobre el deceso de Retana Peña; pues no fue hasta después de su llegada al hospital, luego de que un médico lo declarara muerto, cuando informaron sobre el fallecimiento de este.
Por otro lado, el fiscal no reveló más información sobre los resultados de la autopsia, puesto que se presume que el cuerpo de Retana Peña presentaba lesiones visibles, sin embargo, el funcionario omitió cualquier información sobre el tema, sin precisar si dichas marcas están relacionadas con la muerte de “El Gordo” o si están siendo tomadas en cuenta para la investigación, ya que de manera inicial se manejó la versión de que el interno murió al ser víctima de una brutal golpiza, presuntamente, a manos de otros reclusos.