La carretera costera, una de las principales vías de acceso a la playa pública Punta Piedra, enfrenta un peligro crítico de colapso, debido a la erosión provocada por el constante oleaje y las intensas lluvias de la temporada.
Este tramo, que conecta a miles de locales y turistas con una de las zonas más concurridas del municipio, muestra inclinaciones peligrosas hacia la playa y amenaza con desmoronarse si no se toman medidas inmediatas.
Autoridades municipales han delimitado el área con banderas rojas como advertencia, mientras los automovilistas y peatones que circulan por la zona observan con preocupación cómo el terreno continúa cediendo.
André Valencia, turista nacional que visitaba el lugar, expresó su inquietud: “Es preocupante ver que algo tan importante como esta carretera esté en este estado. Esto no solo afecta la experiencia de los visitantes, sino que pone en riesgo la seguridad de todos”.
La situación se agrava con la cercanía de la temporada alta de turismo, un periodo crítico para la economía local. Un cierre total de la vía o un colapso podría generar caos y complicar el acceso a hoteles, restaurantes y playas, afectando tanto a empresarios como a familias que dependen de estas actividades para su sustento.
Sin estacionamiento
La playa pública Punta Piedra, una de las pocas en Tulum con acceso gratuito, enfrenta aún más limitaciones. Al no contar con estacionamiento adecuado, los visitantes que solían dejar sus vehículos al borde de la carretera, ahora tienen prohibido hacerlo debido al riesgo de derrumbe. Esto obliga a muchas familias a caminar largas distancias, lo que desmotiva el uso del espacio y acentúa las desigualdades en el acceso a los arenales.
La Dirección de Obras Públicas enfrenta el desafío de estabilizar el terreno con carácter de urgencia para prevenir accidentes y garantizar la continuidad de esta importante vía. Sin embargo, hasta el momento no se han iniciado trabajos visibles, lo que ha generado críticas entre la comunidad local.
El desmoronamiento de este tramo no solo representa un problema de infraestructura, sino un llamado de atención sobre la necesidad de proteger las áreas costeras y garantizar la seguridad de quienes transitan por ellas.
Las autoridades municipales deben actuar con prontitud para evitar que este incidente se convierta en una crisis mayor.